Era una noche en la que el ambiente festivo impregnaba el aire de Miranda. La música de los pinchadiscos de Ebroclub había dejado de sonar y los conciertos tenían lugar en la Fábrica de Tornillos, pero muchos vecinos también estaban desperdigados por otros puntos de la ciudad. Corrían las 23.00 horas del sábado cuando uno de estos mirandeses dejó a su grupo de amigos tras pasar una velada juntos en un bar de la plaza de Cervantes, al lado de la biblioteca municipal, y al doblar la esquina para encarar la calle Ronda del Ferrocarril se convirtió en la víctima de una agresión. El hombre, según relata en conversación con Diario de Burgos, se topó con dos jóvenes, «uno agachado y otro de pie», que estaban a punto de realizar un grafiti ilegal. En ese instante les recriminó su actitud y, tras un breve intercambio de palabras, le propinaron un golpe en la cara que le «saltó las gafas», antes de «salir corriendo».
Este varón reconoce sentir «impotencia» por haber sufrido este ataque. Pero no es el primero que sufre un golpe así este año. Ni mucho menos. De hecho, las estadísticas facilitadas por el servicio regional de Emergencias demuestran que durante el arranque del presente ejercicio se ha dado una clara tendencia alcista en las agresiones, si se comparan con los datos relativos al mismo periodo del año anterior.
Entre el 1 de enero y el 15 de abril de 2024 el 1-1-2 ha recibido un total de 20 avisos por este tipo de incidentes, que se suman al protagonizado por estos dos grafiteros. En cambio, durante esos tres meses y medio de 2023, el número de casos solo alcanzó la docena. Es decir, esta clase de sucesos violentos casi se han duplicado en el arranque de este curso.
Conforme a la base de datos que manejan en Emergencias, no todos los avisos han necesitado atención médica para las víctimas, aunque sí un número importante. Durante el inicio de este año, de los 21 sucesos conocidos ha habido 12 en los que se ha desplazado personal especializado para cuidar de los heridos. Por su parte, en el mismo periodo, pero del año previo hubo nueve en los que se requirió este tipo de actuación.
Pese a las diferencias que se observan en los datos relativos a los comienzos de 2023 y 2024, ambos periodos comparten una clara tendencia: la noche es el momento que concentra un mayor número de agresiones. En concreto, durante los tres meses y medio iniciales del año actual casi el 81% de los avisos a Emergencias se han realizado pasadas las 21.30 horas. En las mismas semanas del curso previo este balance alcanzaba prácticamente el 60%. Pero el paralelismo entre el arranque de estos dos ejercicios no queda ahí, ya que ambos comparten también que los fines de semana se alzan como la franja que más conflictos concentra. De los 21 sucesos conocidos en 2024, 13 han tenido lugar en viernes, sábado o domingo. De los 12 de 2023, esos días acapararon hasta 8.
Marzo, mes negro. La mayor diferencia que se puede encontrar entre el inicio del presente curso y el del anterior, conforme a los datos recabados por el servicio de Emergencias, está en el enorme incremento de la violencia que se ha dado durante el último mes contabilizado por completo, marzo. Y es que esas cuatro semanas de 2024 han aglutinado una decena de sucesos, prácticamente la mitad del total. En cambio, en el mismo tiempo del año previo solo se tuvo constancia de tres agresiones.