Nitratos y averías, causas para requerir agua potable

R.E. MAESTRO / Burgos
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Aunque en agosto se dispararon las peticiones por la afluencia de gente a los pueblos burgaleses, el suministro en camiones se queda en 2 millones de litros, frente a los 3,1 de un 2023 marcado por la falta de lluvia

Uno de los camiones cisterna que este año ha acudido a Cornudilla, una de las localidades más necesitadas. - Foto: Alberto Rodrigo

El alto contenido de nitratos y las averías en las redes se han convertido este verano en las principales causas para enviar agua potable a los pueblos burgaleses. El año pasado la sequía golpeó duramente a toda la provincia y eso se notó también en este sentido, ya que se tuvieron que enviar entre julio y agosto hasta 3,1 millones de litros en los camiones cisterna, mientras que ahora esa cifra ha bajado a 2,05.

Agosto se ha vuelto a convertir en el mes que más cisternas ha tenido que enviar la Diputación al medio rural burgalés, debido especialmente a que es cuando se acumulan un mayor número de vecinos y los manantiales no dan abasto. En el octavo mes del año se han llevado hasta 1,66 millones de litros en 118 viajes, una cifra muy superior a la que se registró en el mes de julio (390.000 litros). Sin embargo, según explica la institución provincial, en esta ocasión los nitratos (50%) y las averías (25%) han generado más problemas que la sequía. Mientras, se menciona que la caída de viajes genera volver a valores de hace tres años.

Soncillo ha requerido durante este verano hasta 28 camiones de agua potable (420.000 litros) y, por tanto, lidera este listado. Como informó este periódico, el 17 de agosto tuvieron que recibir el primero de ellos después de las sucesivas olas de calor, con la población multiplicada exponencialmente y en vísperas de las fiestas.  «Las piscinas nos están matando», explicaba el alcalde del Valle de Valdebezana y de su principal pedanía, José Antonio García. A diario se perdían 40.000 litros por culpa de la instalación deportiva, pero el regidor tomó la decisión de abrirlas una temporada más al no disponer de tiempo material para ejecutar las obras a tiempo. No quedó  más remedio que cortar el agua entre las 12 de la noche y las 8 de las mañana, además de prohibir el riego de huertas y jardines.

El otro pueblo burgalés que más ha sufrido durante el verano por este tema es Cornudilla, que ha necesitado 21 viajes del camión de agua, lo que se traduce en un total de 315.000 litros. Este periódico ya avanzó también hace un par de semanas que el municipio de la Bureba había paralizado todas sus inversiones con el fin de priorizar el abastecimiento. Así, se han planteado solucionar el problema antes del final de la legislatura y construir una captación en la Sierra para la que invertirá el presupuesto local de los próximos dos años.

Durante el mes de agosto también resultó necesario enviar agua a Barrios de Bureba (6 cisternas -de 15.000 litros cada una-), Castrojeriz (2), Olmillos de Sasamón (11), Arenillas de Villadiego (3), Solduengo (2), Busto de Bureba (8), Hoyales de Roa (3), Arija (1), Pedrosa del Príncipe y Valbonilla (1), Rosales -Medina de Pomar- (1), La Revilla -Valle de Tobalina- (10), Garoña (10,5), Las Viadas -Valle de Tobalina- (2), Quintanalacuesta -Cuesta Urria- (5), San Cibrián -Valle de Valdebezana- (2), Quecedo (8), Villate -Medina de Pomar- (1) y Quintanilla Los Adrianos -Villarcayo- (1). 

Como ya ocurrió en el mes de julio, la mayoría de los desplazamientos se concentraron en el entorno de Las Merindades y Bureba. Los pueblos de estas dos zonas siempre suelen resultar habituales en este listado. Así, se enviaron a Valle de Tobalina (16). Panguisón (1), Cuesta Urria (2), Quintanilla San García (5) y Reinoso (2). 

En lo que va de año se han llevado a los pueblos un total de 2,56 millones de litros. Pero lo que resulta evidente es que en agosto la mayoría de los pueblos están a rebosar y en ese momento se produce el mayor número de contratiempos. Este se trata de un tema fundamental para el medio rural y por ello se ha invertido bastante en dicha materia durante los últimos tiempos para renovar redes de abastecimiento, algo que ha comentado en varias ocasiones el vicepresidente de la Diputación, Ramiro Ibáñez. Eso sí, aún queda trabajo por delante.