Llega el derbi regional para el Burgos CF, que visitará Zorrilla esta tarde a partir de las 18,30 horas. El ambiente está asegurado en un partido que ha sido declarado de alto riesgo y en el que se lleva llamando a la calma durante toda la semana para que el duelo no sea más que futbolístico.
Los dos equipos llegan con la moral alta después de sus últimos resultados. El conjunto blanquinegro le endosó un 4-0 al Elche hace una semana, mientras que el Valladolid se impuso en el Carlos Tartiere con un gol de Marcos André en el minuto 92. De esta forma encadenó su segundo triunfo, ambos conseguidos en el tramo final del choque.
Se prevé un partido igualado entre dos contendientes que querrán el balón y que buscarán la portería contraria desde el pitido inicial. Los vallisoletanos parten con la ventaja de jugar delante de su público, lo que les otorga el papel de favoritos, más viendo la trayectoria de los blanquinegros fuera de casa. La escuadra burgalesa ha perdido los tres encuentros que ha disputado como visitante, en los que no ha mostrado su mejor nivel. En todos ellos ha mantenido opciones de victoria hasta el final, pero ha tenido desconexiones que le han costado la derrota.
El vestuario se ha conjurado para trasladar a esos choques a domicilio el juego que muestra en el estadio de El Plantío. La intención es mostrar que pueden ser competitivos lejos de su feudo y entienden que Zorrilla es un escenario inmejorable para convertirlo en un punto de inflexión.
Los burgalesistas tendrán enfrente a un rival confeccionado para regresar a la Primera División. Es el segundo equipo con mayor límite salarial y cuenta con una plantilla en la que la mayor parte de sus jugadores tienen experiencia en la máxima categoría. Marcos André, Sylla o Kenedy son algunos de sus nombres más destacados, que además le otorgan un enorme poder ofensivo, aunque al cuadro vallisoletano le está costando hacer goles, algo paradójico con este tipo de jugadores en sus filas.
Pese a contar con una notable plantilla, a la escuadra blanquivioleta le ha costado arrancar. Después de ganar en su debut encadenó tres derrotas, lo que incluso puso en peligro la continuidad de Paulo Pezzolano, su entrenador.
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