La empresa de energía fotovoltaica Norsol ha comenzado a desarrollar un gran proyecto para acabar con su huella de carbono mediante una plantación de 8.000 árboles en Villayerno Morquillas, para lo que se ha comprado una parcela de siete hectáreas y ya se han comenzado a realizar los hoyos con el fin de que en marzo se pueda poner en marcha este nuevo bosque. La iniciativa permitirá capturar 110 toneladas de CO2 cada año, lo que servirá para cubrir lo que emiten sus vehículos y aún sobrará para repartir a otras compañías.
"Trabajamos en renovables y esta actitud la llevamos implícita en nuestro ADN, llevábamos unos años trabajando en este sentido y ahora hemos hecho una apuesta fuerte para que nuestras emisiones queden a cero", explica Mario Albarrán, director comercial de Norsol. Además, se calcula que les quedará la mitad del CO2 que capturen y esos derechos tienen previsto repartirlos con otras industrias que son "clientes de confianza", donde han desarrollado proyectos fotovoltaicos, como Nicolás Correa, Gala, Florbú, Arcecarne, Pepsico... La inmensa mayoría de empresas tienen como propósito reducir la huella de carbono y de ahí la importancia de esta solución adoptada.
En la actualidad se ha profesionalizado el sector hasta generar un "mercado de CO2" donde se pueden comprar y vender certificados, por lo que las industrias cuentan con la posibilidad de reducir sus emisiones a través de una vía directa (con medidas como instalaciones solares, vehículos eléctricos...) o mediante la compra de derechos y la plantación de árboles.
"Esta ambiciosa solución que llevaremos a cabo es una posibilidad para reducir la huella de carbono", expone el director comercial sobre la magnitud de la medida que desarrollarán. Además, se considera que servirá de ejemplo para otras personas. "El CO2 tiene un coste, ya que las empresas más contaminantes deben pagar por lo que emiten, y a nivel europeo todas las entidades bancarias fomentan la sostenibilidad a la hora de financiar proyectos", asegura.
En este caso se optará por un nuevo bosque que estará compuesto al 95% por cedros (Cedrus Atlántica), una especie del género de coníferas pináceas de gran tamaño. El resto se completará con arces y serbales. Ahora se están haciendo los hoyos en esta zona árida de monte de Villayerno Morquillas, a solo cinco kilómetros de donde se ubica la empresa Norsol, con el fin de que en marzo se puedan colocar los 8.000 ejemplares que en este momento están creciendo en un vivero de Valladolid.
Un trabajo de años. La medida de poner esta cantidad de árboles en siete hectáreas se trata del "colofón" a las acciones que Norsol ha desarrollado en los últimos años, que incluyen el cálculo y la reducción de la huella de carbono.
"Lo hacemos en Burgos y demostramos nuestra vinculación con el territorio", manifiesta Mario Albarrán. Su zona de actuación se centra en la provincia burgalesa, donde desarrollan el 50% de sus trabajos, mientras que el resto se enmarca en Castilla y León, País Vasco, La Rioja o Madrid.