Un coliderato forjado a domicilio

ROBERTO MENA / Burgos
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El Burgos es uno de los visitantes más temidos del inicio liguero. No ha perdido fuera de casa y ha sumado siete puntos de nueve. Su estadística es mejor que como local

Un coliderato forjado a domicilio - Foto: Alberto Rodrigo

Da gusto mirar la clasificación de la Segunda División. El Burgos es colíder con catorce puntos junto al Levante y al Racing, que por la diferencia de goles ocupan la primera y la tercera plaza, respectivamente. Después de siete jornadas, el conjunto blanquinegro se encuentra en posiciones de ascenso directo. Es evidente que queda mucha tela por cortar, ya que restan 35 jornadas en las que estarán en juego 105 puntos. Desde el vestuario castellano señalan que la tabla en estos momentos es anecdótica, aunque esos puntos que el cuadro de Jon Pérez Bolo tiene en su casillero ya no se los quita nadie. Quedan 36 para alcanzar el primero de los objetivos.

Llama la atención cómo ha llegado el Burgos CF a esas posiciones en este inicio de temporada. Su coliderato está forjado en los partidos que ha jugado como visitante y es que la mitad de los puntos los ha logrado a domicilio, pese a que en El Plantío haya disputado un partido más.
Desde su regreso al fútbol profesional el equipo nunca había rendido a este nivel lejos de su feudo. La comparación es extrema con respecto a la anterior temporada, en la que el equipo perdió los siete primeros choques fuera de casa y su primera victoria como foráneo llegó en la jornada 18 de Liga contra el Amorebieta.

Por el momento, al Burgos se le está dando a la perfección los partidos que juega en campo ajeno. Es más, el empate de Córdoba en esa primera salida de la temporada llegó en el minuto 95, por lo que la estadística en estos momentos podía haber sido de nueve de nueve, de pleno absoluto.
El único disgusto del actual curso ha llegado delante de la afición, algo que tampoco fue habitual en la campaña pasada y es que el Burgos estuvo siendo durante gran parte de la temporada el mejor local. Los números siguen siendo buenos en campo propio, pero no son sobresalientes.

Mentalmente este buen inicio como visitante libera al vestuario. Ganar el primer partido a domicilio siempre es una de las barreras que se debe derribar a lo largo de la campaña y que en ocasiones cuesta un mundo a los equipos. Jugadores y técnicos siempre advierten de lo complicado que es ganar fuera de casa, ya que la mayor parte de los conjuntos se hacen fuertes al abrigo de su afición.

Uno de los aspectos importantes es que el Burgos ha comenzado la temporada con ese equilibrio que tanto echó menos la pasada. Ya no existen esas dos caras, esa montaña rusa en la que se convirtió la primera parte del curso 23-24.

Este inicio no debe servir para confiarse, sino para incidir en el trabajo que se ha realizado hasta el momento. En todas las campañas hay equipos que comienzan de forma excelente y luego van perdiendo fuelle -le pasó al propio Burgos en la 22-23-. El objetivo es mantener una línea continuista sabiendo que  llegarán las vacas flacas en las que la tendencia será negativa.

Calero, líder. Un viejo conocido de la afición burgalesista, JuliánCalero, dirige al equipo que en estos momentos es el primer clasificado, el Levante. El conjunto valenciano está siendo una de las referencias en este arranque de competición. Otro ex blanquinegro, Unai Elgezabal es uno de los fijos para el entrenador madrileño y lo ha jugado todo hasta el momento. La escuadra azulgrana es el equipo que más goles ha metido y, de los  de arriba, el que más encaja. No son números que cuadren con JuliánCalero.