Varias localidades de la Ribera del Duero también se han visto afectadas por la fuerte tormenta de granizo que cayó el sábado. Según las primeras estimaciones de Agroseguro, el pedrisco dañó al menos 496 hectáreas, que se concentran especialmente en Pinilla Trasmonte, Villalbilla de Gumiel y Tubilla del Lago. También en Baños y Hontoria de Valdearados. En cualquier caso, precisan que las cifras variarán a lo largo de los próximos días a medida que los agricultores vayan trasladando los partes de siniestro.
Por ahora, el grueso de las incidencias se ha registrado en cultivos herbáceos, sobre todo, cebada. Y también, aunque en menor medida, el granizo ha causado daños en algunas parcelas de uva de vino, tal como detallan desde Agroseguro.
Uno de los labradores que ya ha dado parte a su seguro es Abelardo Abejón, quien lamenta que el pedrisco «machacó prácticamente todo el campo» en Pinilla Trasmonte. Calcula que podría haber unas 1.000 hectáreas arrasadas en el pueblo y otras 2.500 afectadas. «Duró poco más de 15 minutos, pero fue muy fuerte. Cayeron 15 litros, todo granizo, sin prácticamente nada de agua», recuerda, mientras confía en que «vengan años mejores porque peor ya es difícil».
Ante estas circunstancias, y sin olvidarse de la sequía que arrastra el campo, admite que los ánimos están un «poco regulares», ya que el pedrisco del 29 de abril «nos ha hecho polvo a la mayoría». A partir de ahora, Abejón espera que «el seguro se haga cargo y poco más. O se lía a llover o no merecerá la pena ni segar las tierras».
Otro de los municipios fuertemente afectados fue Tubilla del Lago. Allí, Julián Fernández también ha dado parte a su seguro. Este agricultor cuenta que cayeron bolas del tamaño de una moneda de un euro, que el suelo quedó como si hubiera nevado y que el granizo, que «cogió toda la parte de arriba del pueblo, arrasó con todo». De ahí su conclusión: «Es una desgracia».
Mientras, Juan Abel Abejón, encargado del campo en la cooperativa de Villalbilla de Gumiel, constata que la granizada «ha hecho bastante daño» en las tierras sembradas de trigo y cebada, «muy afectadas». A ello se suman algunos viñedos «arrasados» en Valdeande y Tubilla. Tampoco confía demasiado en que se puedan recuperar, salvo que llueva bastante. «Cuando todo viene torcido... Vamos, que a perro flaco las pulgas más gordas», resume. Algo en lo que coincide David Domingo, agricultor de Baños de Valdearados: «Está todo apañado. Cayeron bolas muy grandes, iba con el coche y pensé que me rompía las lunas».
En Santa María del Mercadillo, en unos minutos, las piedras de hielo destrozaron una plantación de pistacho de seis hectáreas. Los jóvenes árboles quedaron inutilizados para esta y para próximas cosechas. «El problema es que el pistacho no rebrota, así que este año, que iba a ser la primera cosecha, no cogeremos nada, y hasta dentro de tres años no volverán a dar fruto», lamenta Antonio Cilleruelo, que estima que el daño podría alcanzar un valor de 120.000 euros. «Este año esperábamos coger 800 kilos por hectárea; y al año que viene hay pasaríamos a coger 1.000 y al siguiente entre 1.200 y 1.400 kilos por hectárea», lamenta al pensar en las cosechas que no van a ser.