Tudanca se lo juega todo

J.M. / Burgos
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Cargos y excargos del socialismo burgalés discrepan tanto de los motivos como de la resolución a la guerra frontal abierta por el secretario autonómico con el aparato nacional del PSOE

Pedro Sánchez y Luis Tudanca en Burgos durante la campaña electoral de 2015. Eran otros tiempos y otra sintonía. - Foto: Diario de Burgos Miguel Ángel Valdivielso

Desde su regreso a la secretaria federal del PSOE, la contestación interna a Pedro Sánchez había quedado reducida a la numantina oposición del presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, y a la voz discordante del expresidente aragonés Javier Lambán. Y poco más. De Ferraz han emanado políticas transpoladas al Congreso que tienen un génesis común -la investidura y mantenimiento en el poder del presidente- pero han avanzado por caminos distintos, aunque todos minados. Ni la ley de amnistía, ni los desequilibrios territoriales, ni las maniobras para saciar a EH Bildu acortando la estancia en prisión de los asesinos de ETA han logrado que haya una contestación interna a Sánchez, que aún así ha diseñado un inminente congreso para culminar la purga y plagar de afines todo el mapa de España.

Por eso, y por muchos años de obediente fidelidad, ha resultado tan sorpresivo el salto mortal del secretario autonómico del PSOE, el burgalés Luis Tudanca, que trató, sin éxito, de imponer un plazo de presentación de candidaturas para el futuro cónclave regional -a celebrar previsiblemente en enero- en el que el único candidato viable era él o alguien de su entorno más cercano. Dejó sin oxígeno a Ferraz para que no pudiera consumar su pública idea de relevar a Tudanca, pero el aparato nacional pinchó el globo y anuló el intento del dirigente burgalés. La reacción es conocida: acudir a algunos medios nacionales a lanzar una guerra abierta contra el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, del que es imposible creer que maniobre para asuntos relevantes sin la anuencia de Sánchez.

La maniobra de Tudanca era conocida por muy pocos y muy cercanos. La mayoría de los cuadros provinciales, no digamos la militancia, supo de sus frustradas intenciones cuando ya las había consumado. El caso ha provocado un notable despiste entre quienes más y mejor conocen el partido y al propio Tudanca, que ha logrado que prácticamente ninguna de las voces autorizadas -entendidas como tal las que han vivido desde Burgos muchos procesos y crisis internas del PSOE- lo ve de la misma forma.

Este periódico ha buscado esas opiniones, que en algo sí coinciden y es importante subrayarlo porque resulta elocuente: nadie quiere que figure su nombre en este artículo. La traducción parece sencilla: todos atentos a ver qué pasa y sin enseñar demasiado las credenciales, no vayan a salir torcidas las cosas. «Lo que ha pasado está claro: la Federal ha tomado la decisión de un cambio en Castilla y León y Tudanca reacciona para sobrevivir.

Probablemente espoleado por sus más afines, porque si cae él, caen todos. Es un intento a la desesperada de mantener el poder en Castilla y León», sostiene un veterano, que considera inverosímil «que esto -el relevo de Tudanca- se plantee sin que tome Sánchez la decisión» y, en consecuencia, cree que el resultado de las primarias, si Tudanca no recula, es que «le van a machacar». «Es más, -remacha la misma fuente- tengo dudas de que gane ni siquiera en Burgos», porque «conforme pase el tiempo va a haber más alineados con Ferraz, y la militancia ya ha expresado cierto malestar tanto en Burgos capital como en Miranda, por citar ejemplos».

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