Con el inicio del curso más atípico y desconcertante para la comunidad educativa que se recuerda, la conciliación va a ser una de las principales asignaturas que tendrán pendiente padres y madres después de que el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ratificara la suspensión de las actividades extraescolares, al menos durante el primer trimestre.
La situación actual por la pandemia de la covid-19 ha obligado a tomar nuevas medidas con el objetivo de preservar la salud y hacer de los colegios lugares seguros contra el virus. Además de las ya conocidas como la limpieza de manos, la distancia mínima de seguridad de 1,5 metros en la clase y el uso obligatorio de la mascarilla entre los alumnos de más de seis años como medidas de protección personal, se suman otras como la ventilación, la reducción de la ratio de estudiantes por aula y la interrupción de las actividades didácticas, culturales o recreativas de ámbito extraescolar.
Estas medidas adoptadas han sido justificadas por el propio Mañueco, quien ha asegurado que buscan contribuir a la confianza y tranquilidad tanto de profesores como del personal administrativo, alumnos y familiares. Las reacciones no se han hecho esperar. A las declaraciones del PSOE de Castilla y León solicitando a la Junta una revisión en su decisión y las exigencias de las nueve capitales de un protocolo para el deporte extraescolar, se les une las del presidente de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres (FAMPA) de Burgos, Francisco Sánchez, quien se ha mostrado contrario a la decisión.
Todos los responsables de las Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos consultados por este periódico coinciden que la suspensión de estas actividades es una decisión que ya esperaban. «Nosotros mismos en la junta directiva del Ampa, para evitar contagios y riesgos, hemos decidido no ofertar las extraescolares. No se puede hacer otra cosa ahora mismo viendo cómo está evolucionando la pandemia en estos momentos», señala Ruth, secretaria de la organización de progenitores en el colegio Fernando de Rojas.
La resignación de unos dista mucho del enfado de otros, que han visto cómo la cancelación de este servicio ha empeorado su conciliación laboral. «Hay padres que se lo han tomado muy mal. Tenían el horario muy bien establecido y esto ha abierto ahora otro mundo de buscarse la vida y de encontrar otros sitios seguros donde dejar a sus hijos. Como padres vemos que estas medidas se han tomado un poco tarde. Sabían cuándo empezaba el curso y nos han dado los últimos cambios a dos días de comenzar, con lo que esto ha supuesto al colegio. Van tarde y la información nos llega a cuentagotas. Deberían tener unos planes alternativos», afirma Natalia, presidenta del Ampa del centro educativo Sagrada Familia.
«Estamos estudiando posibilidades y la demanda de los padres para intentar hacer la vuelta al cole más fácil para todos. El curso acaba de empezar y estamos organizándonos con la dirección para plantear soluciones en todas las unidades del colegio, incluso en diferentes sitios que nos puedan ofertar esta práctica para ayudar también de esta manera al tejido empresarial de Burgos a que se mueva».
En el caso de Mónica, presidenta de la Asociación de Padres y Madres del Antonio Machado, a los anteriores inconvenientes añade el del sedentarismo. Tras la interrupción escolar y el obligado confinamiento, la suspensión de las actividades extraescolares supone un obstáculo en la necesidad de los menores de socializarse y desarrollar sus habilidades físicas. «Los niños necesitan hacer deporte, moverse y estar en activo, no solo vale la educación física del colegio».
¿Alternativas? Ellos no tantearán, por el momento, ninguna alternativa a las extraescolares, sus esfuerzos se centran ahora en buscar un servicio de continuadores para hacer la vuelta a las aulas más fácil para todos. Una labor, que tal y como recogió la Agencia Ical, Mañueco aseguró que durante este curso continuarían funcionando los programas de Madrugadores y Tardes en el Cole.
Aun así, todos están abiertos a que se vuelvan a ofertar estas actividades de cara al segundo trimestre ,dependiendo, eso sí, de la evolución de la pandemia y siempre sujetos a las medidas que imponga la Junta de Castilla y León y a los protocolos sanitarios.
Los más afectados. Una vez más, los más pequeños vuelven a ser los más afectados en las medidas tomadas para combatir la propagación de la Covid-19. A la suspensión de las extraescolares se le suma ahora el cierre al público de los parques infantiles y las pistas deportivas.
«No todo se centra en los estudios, hay más cosas. Se han pasado tres meses en casa con una educación online, para la que España no está preparada. Hay que equilibrar lo emocional con lo académico», afirma Verónica del Río, quien lleva a sus dos hijos de 4 y 11 años al colegio San Pablo Apóstol.
Asegura que en la situación actual hay muchas familias que se encuentran en una coyuntura delicada y no pueden darle a sus hijos actividades privadas. «Hay extraescolares que son necesarias e igual que hacen un protocolo sanitario para el colegio también lo podía haber para estas prácticas», manifiesta esta madre, para quien estas clases extras han sido un aliado en el progreso del nivel educativo y las relaciones interpersonales de su hijo mayor, Víctor, quien está diagnosticado de crisis febriles plus. «Para una persona que tiene una discapacidad o va más lento, tener una extraescolar de refuerzo pues le viene muy bien».