La mala fama persigue a los ayuntamientos y son muchos los que critican la mala gestión que hacen estas entidades de sus recursos y las deudas que acumulan. Sin embargo, más de la mitad de los consistorios de Castilla y León cierra normalmente sus presupuestos con superávit. En el último año del que se tienen cerradas y auditadas las cuentas, en 2011, fueron 1.260 los que acabaron con más ingresos que gastos, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Hacienda, y buena parte de ellos mantuvieron sus cuentas lejos de los números rojos en 2012.
De esos 1.260 municipios con resultado presupuestario positivo en 2011, 127 pertenecen a la provincia de Ávila, 209 a Burgos, 127 a León, 119 a Palencia, 163 a Salamanca, 119 a Segovia, 100 a Soria, 161 a Valladolid y 135 a Zamora.
Los alcaldes de varios de ellos coinciden en que afrontar el día a día con unas cuentas saneadas da tranquilidad y resaltan que no hay ninguna fórmula mágica para conseguir eso en tiempos de crisis, sino que la base es hacer una buena gestión de los recursos, «no gastar más de lo que tienes», priorizar el gasto en los servicios y obras más necesarios, y ser conscientes de que «ahora mismo no se pueden hacer obras faraónicas». Además, inciden en que para poder mantener ese superávit pese a la complicada situación económica se han tenido que hacer importantes sacrificios.
«Debes gastar lo que tienes, ni más ni menos.Al final un ayuntamiento es como una casa», sentencia el primer edil de Viana de Cega (Valladolid), Alberto Collantes, quien reconoce que mantener saneadas las cuentas municipales da tranquilidad porque «sabes que a final de mes tienes para pagar las nóminas de los trabajadores y a final de año para comprar una máquina que se ha estropeado». Eso sí, remarca que eso se consigue gracias a que has hecho los deberes y has ido gastando ‘piano piano’.
Al respecto, Collantes destaca la importancia que tiene la figura del secretario-interventor, que explica que en el caso de Viana siempre ha instado a todas las corporaciones a «gastar lo que tenían». Además, anima a todos los alcaldes a contar con ese funcionario y a «tenerle muy presente a la hora de ver si hay partida para hacer un gasto y dinero, porque no es lo mismo». «A veces tienes algo presupuestado y en ese momento no hay liquidez, y no puedes hacer el gasto», resalta.
Por otra parte, el regidor de Viana se queja de que la actual Ley de Estabilidad Presupuestaria está diseñada «pensando en la generalidad de las administraciones públicas» y no ha tenido en cuenta a los ayuntamientos con superávit. «Los que tenemos los deberes hechos nos encontramos en muchos momentos atados porque no podemos usar el remanente de tesorería para hacer alguna obra y contratar a trabajadores, sólo se puede usar para pagar deuda, pero ¿y si no tienes? No es justo», plantea Collantes, quien confía en que se modifique esta norma para tener más margen.
El Ayuntamiento leonés de Sariegos también es un ejemplo de cómo es posible cuadrar las cuentas de un municipio de forma que, al final del ejercicio, los ingresos sean mayores que los gastos. En 2012 el resultado presupuestario fue de 431.397 euros a favor, una cantidad que se eleva a 952.603 euros si se tienen en cuenta los gastos financiados con cargo al remanente de tesorería. Este saldo positivo no es, además, algo nuevo en Sariegos, ya que los ejercicios 2010 y 2011 se cerraron también con un superávit de 110.845 y de 90.324 euros.
El alcalde, Ismael Lorenzana, indica que «la fórmula mágica» para conseguir esto en tiempos de crisis no es otra que realizar «una buena gestión» y ser conscientes de que «ahora mismo no se pueden hacer obras faraónicas». Para él, lo importante es saber priorizar y tiene claro que los servicios que se prestan no se pueden ver perjudicados. En este sentido, explica que en su caso, «exceptuando el transporte, donde se ha rebajado el número de viajes, el resto de los servicios se siguen prestando y, además, en buenas condiciones».
Esto se logra, en parte, gracias al superávit, con el que, además, el Ayuntamiento también va saldando su deuda. En estos momentos Sariegos debe 970.000 euros a entidades financieras. Según Lorenzana, «aquí otros acreedores no tenemos, se paga al mes, como marca la ley».
Atender los servicios. En la provincia de Palencia, uno de los ejemplos de superávit es el del Ayuntamiento de Cervera de Pisuerga. El regidor de la localidad que sirve de entrada al Parque Natural Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, Urbano Alonso, apunta que ese saldo «no solo supone más tranquilidad, sino que además permite mantener los servicios ciudadanos e incluso ampliarlos». «Disponer de un importante colchón económico es vital, sobre todo cuando hay que atender las necesidades de 23 municipios. El dinero se puede destinar incluso, siempre que el Gobierno lo permita, a realizar mejoras en infraestructuras con inversiones propias sin tener que recurrir a las ayudas de otras administraciones públicas», comenta el alcalde.
Alonso concreta que desde que tomó las riendas municipales hace ya diez años no se debe nada y no han pedido préstamos ni acudido al plan de pago de proveedores por facturas pendientes. «Hace una década había unos 200.000 euros de superávit y hoy supone casi lo mismo que el presupuesto, es decir, cerca 1,5 millones. Gracias a la austeridad en el gasto se tiene intención, sobre todo, de mejorar infraestructuras y con las obras poder crear empleo en una comarca desfavorecida con un entorno minero que casi ha desaparecido», explica.
Mejor sin piscina. El alcalde del municipio salmantino de Aldeatejada, Herminio Velasco, no puede presumir de tener piscina en su pueblo, pero sí de contar con las cuentas saneadas y de ser una de las localidades que, aún en tiempos de crisis, no ha conocido el déficit en los últimos años, sino el superávit. Velasco explica que esto es así desde que lleva al frente del Consistorio hace 12 años y que la clave está en llevar a cabo inversiones, pero «con cabeza».
El caso de la piscina es uno de los ejemplos que cita, ya que reconoce que otros pueblos mucho más pequeños sí se embarcaron en este tipo de proyectos, pero ellos no porque después de estudiarlo se dieron cuenta de que era muy deficitaria. Ahora el tiempo les da la razón y recuerda que muchos están cerrando ahora sus piscinas porque no pueden mantenerlas.
Velasco destaca que con las cuentas este equipo de Gobierno no se la juega y que llevan a cabo una economía en la que cada céntimo cuenta y, al igual que ocurre en la economía familiar, optan por no endeudarse, por no gastar lo que no tienen y por crecer en la medida de sus posibilidades y «a largo plazo». «Cuando se va teniendo dinero, se invierte, sin despilfarros», apunta con sencillez. Esto hace posible que las facturas no se acumulen y se paguen en tiempo récord, algo que el alcalde resalta que ya hacían antes.
Morales del Vino es una localidad muy próxima a Zamora, que ronda ya los 3.000 habitantes y que no ha dejado de crecer, aunque se haya notado una ralentización considerable en los últimos años. De los cerca de cuatro millones de presupuesto de antes de la crisis a los 2,5 escasos en la actualidad, ha habido que hacer muchos ajustes pero las cuentas salen en cualquier caso. «Esto es como en casa, cuando acabas de pagar los electrodomésticos te planteas la posibilidad de cambiar el coche. Hemos pasado años francamente malos cuando los ingresos de la construcción cayeron y las previsiones de gasto estaban comprometidas», explica el alcalde, José María Barrios, quien detalla que hace seis años empezaron a hacer «ajustes en gasto corriente, fiestas y personal, en este último caso, aprovechando las jubilaciones».
La crisis se nota pero no conlleva la eliminación de las inversiones. De hecho, el regidor de Morales del Vino considera que en este momento no es bueno paralizar la localidad. «Hay que racionalizar mucho y ajustar lo que se pueda, pero es preciso seguir haciendo las inversiones necesarias para el pueblo», indica. «Tenemos deuda porque ha habido años en los que fue necesario hacer mucha inversión, acorde con el crecimiento del municipio, pero es una deuda controlada y asumible. De hecho, este año estamos amortizando más de lo previsto», agrega.
El Ayuntamiento de Villadiego es uno de los municipios de la provincia de Burgos que tiene remanente en sus cuentas municipales, en concreto, un montante de 500.000 euros que le permitirá poner en marcha proyectos como un nuevo CEAS, arreglos en el polideportivo o la pavimentación de parte de la villa. El alcalde, Ángel Carretón, se muestra satisfecho con el saldo positivo del presupuesto, aunque considera que para llegar a este momento han sido necesarios muchos sacrificios. Por ejemplo, los últimos años las inversiones han rondado los 800.000 euros anuales, si bien el presupuesto de 2013 asciende a 1,7 millones.
«El secreto es administrar un ayuntamiento como si fuera una casa grande, tu propia casa», remarca Carretón, quien apunta que otra cuestión clave es negociar al máximo todos los contratos. «Ahora es más barato realizar obras, los precios son mejores, pero aún así no se pueden hacer muchas cosas», indica el regidor, quien lleva al frente de la Alcaldía dos legislaturas, tiempo en el que ha duplicado el número de concejales del PP, de cuatro a ocho.
Arcos de Jalón (Soria) cerró el ejercicio 2012 con un remanente de tesorería de 350.557 euros. El alcalde, Jesús Ángel Peregrina, considera que la situación actual les ha hecho poner los pies en el suelo y agradece al Plan Montoro la revisión de cuentas y gastos, y la puesta a cero de las facturas, a lo que se ha llegado también gracias a políticas de austeridad en la búsqueda de la eficacia y eficiencia.
Confiesa el alcalde arcobrigense que «muchos servicios estaban sobredimensionados», pero también resalta que, como son el municipio más extenso de Castilla y León con 13 localidades distintas, deben afrontar una gestión complicada, como «encender todos las noches 13 alumbrados públicos y mantener 13 abastecimientos de agua», por ello remarca que los ayuntamientos han tenido que «terminar con el todo gratis».
En Segovia, el alcalde de Nava de la Asunción, Santiago de la Cruz, incide en que, vislumbrando la situación que se les echaba encima, el Consistorio abogó por una gestión basada en el ahorro desde 2011, aunque asegurando los servicios básicos, y comenta que los habitantes de esta localidad de poco más de 3.000 habitantes lo han sabido encajar.
pago a proveedores. Con un plan de racionalización del gasto, una de las primeras cuestiones fue afrontar el pago a proveedores, que se liquidó prácticamente al 90%, y además se ha controlado el gasto de personal, evitando la contratación de nuevos funcionarios ante las bajas por jubilación y repartiendo el trabajo entre los empleados existentes, y se ha llegado a ahorrar hasta un 30% en los festejos.
De la Cruz comenta que, aunque no ha sido fácil encajar las cuentas, todo ello ha permitido que el Consistorio cerrara 2012 con un superávit de 164.590 euros, con el que reconoce que «se vive más tranquilo». Con un nivel de endeudamiento que ronda un 25%, 671.994 euros, parte de este remanente de tesorería se dedicará a cubrir los préstamos que provienen de unas inversiones de 2004 y 2008. Mientras, el dinero de las arcas municipales se destinará a inversiones como la cuarta fase del polideportivo, a promover la creación de empleo y a reparaciones que, «sin ser muy vistosas, mejoran la calidad de vida de los ciudadanos sin que se den cuenta» para responder a sus necesidades.