«La gente conduce muy rápido. Acaba de pasar un camión muy muy cerquita de mí». Baldir López se defiende en castellano y cuenta así la situación que vivió entre Tardajos y Rabé de las Calzadas. Este simpático brasileño caminaba ayer por la mañana hacía Santiago junto al finlandés Miika Hakala, un amigo que le dejará el Camino, y lamentaba que en ese tramo no haya «una alternativa» para los peregrinos. «Tenemos que ir por la carretera y puede ser peligroso».
Esta opinión coincide con la de muchos otros caminantes, por eso, desde el albergue municipal de peregrinos de Tardajos están promoviendo una recogida de firmas para solicitar a la Diputación que arregle el tramo de Camino de Santiago entre ambas localidades. En concreto instan a la administración provincial a adecuar el andadero, prácticamente inexistente en la actualidad, y a que construya una pasarela peatonal sobre el río Úrbel, pegada al puente de la carretera, conocido como el de San Lázaro.
Las firmas se recogerán en el propio albergue durante toda la jornada de hoy, día en el que la treintena de hospitaleros que lo ha atendido a lo largo de este año despide la temporada con un acto de confraternización. La intención, como explica Gonzalo Villamarín, de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Madrid, que gestiona esta instalación, es firmar todos ellos, los vecinos del pueblo y los peregrinos que transiten por allí. «Dejaremos también los documentos en bares para que puedan participar más personas y el jueves o viernes de la semana que viene lo remitiremos a la Diputación», afirma.
La petición se centra en la construcción de una pasarela peatonal sobre el río Úrbel y que suponga una alternativa para el paso de los peregrinos. «El actual puente, justo entre los dos pueblos, es muy estrecho, apenas cabe un coche, por lo que la situación se complica y se vuelve peligrosa cuando se encuentra un vehículo con peregrinos y sus mochilas. Algunos se han quejado de la velocidad que llevan los coches, de ahí la necesidad de colocar un paso únicamente para peatones al lado del actual puente», afirma el hospitalero.
La petición, que harán llegar a la Diputación con una carta junto a las firmas, también incluye la solicitud de actuar en unos 400 metros de tramo, antes y después de ese puente. «En ese caso habría que actuar en el arcén, ensancharlo, para que los peregrinos ganen espacio y sea más seguro transitar por él», cuenta Gonzalo Villamarín. La realidad es que el actual es tan estrecho que ni siquiera es utilizado por los caminantes, que directamente andan sobre la calzada, donde coinciden con camiones y vehículos agrícolas pesados.
Los coreanos Bumwhee So y Park Hyejín, también ayer en este tramo del Camino de Santiago, coincidían en que el puente es angosto y que puede resultar «peligroso si te cruzas con algún vehículo». Justo tras ellos el esloveno Lourenc Kapusin reconocía que si hubiera una pasarela peatonal sería mejor. «Es estrecho, pero también corto», dijo quitando cierta importancia al riesgo.
No solo los peregrinos transitan por allí. Biliana tiene que tirar fuerte de la correa de Max porque prefiere buscar ratones que caminar. «Paso casi todos los días con el perro por aquí. Vendría muy bien para todos que se hiciera solo un puente para los peatones y que se ensanche el arcén, ya que ahora vamos por la carretera», reconocía la vecina de Tardajos, que detallaba que el peligro en el puente es mayor porque «los peregrinos suelen madrugar, hay días que hay niebla y no se ve bien». Esta vecina también contaba que hay veces que los vehículos pasan muy rápido y otras que paran para permitir el paso de los peatones. «Yo suelo cruzarlo con mucho cuidado. En ocasiones los caminantes van pensando en lo suyo, pasan, y no son conscientes del riesgo».
Fin de temporada. Por otro lado, el albergue municipal de Tardajos cerrará sus puertas este fin de semana y las volverá a abrir el 19 de marzo de 2025, coincidiendo con San José, fecha marcada en el calendario y que supone su inicio de temporada. Este año han pasado por sus instalaciones 1.350 peregrinos, mientras el año pasado lo hicieron 1.500.