Más de 2.000 personas vieron en noviembre en Madrid y El Escorial el estreno del último espectáculo de la dramaturga María Velasco, autora de Amadora junto a la compositora Tulsa. «Ha tenido una acogida muy bonita, tanto de público como de crítica. En todas las funciones hubo espectadores en pie y además hemos recibido numerosos mensajes de agradecimiento por haber dado visibilidad a una tema que yo creo que ha estado bastante silenciado en la ficción», comenta refiriéndose a «las mujeres atrapadas en lo invisible, universalmente necesitadas e ignoradas, que reclaman de manera indirecta, con dolores, tensiones y ansiedad, el respeto que se les ha negado».
Los monólogos de María Velasco y las canciones del último disco de Tulsa (Amadora también de nombre) dan forma a «un espectáculo completo porque el maridaje final de audiovisuales, música en directo, la presencia escénica exquisita de Tulsa, el trabajo actoral y el punto de vista estético de la obra es muy embriagador para los sentidos», añade Velasco, que recorre con sus textos todas las capas y sobre todo el dolor con el que han aprendido a convivir nuestras madres. En sus palabras, el musical aborda «un dolor que ha cronificado, como cierta generación de mujeres que han tenido poca capacidad de decisión sobre su vida, han sido reclusas del espacio doméstico y han tenido el imperativo de cuidar de los otros».
Esta pieza de la ganadora de un premio MAX es la que va a abrir el Festival Escena Abierta que cumple en enero su edición número 25. La cita con la vanguardia escénica que organiza la UBU, el Ayuntamiento y Caja de Burgos se desarrollará entre el 12 y el 21 del mes que viene y Amadora se podrá ver en el Fórum el viernes 12. «Cómo me alegra que hayan podido llegar a celebrar este aniversario», apunta la dramaturga, muy crítica con la cancelación de otro festival, el EnClave de Calle: «No creo que sea momento de hacer recortes en humanidades. Las cosas se pueden hacer con menos recursos; lo de la falta de presupuesto no era un argumento».
La combinación de los textos de Velasco con las canciones en directo de Tulsa hacen de Amadora «un rara avis» dentro del musical, género habitualmente relacionado con el entretenimiento y el escapismo: «Aquí hay danza contemporánea y un tema con planteamiento social donde la música funciona, como dicen en Mary Poppins, como píldora de azúcar». Acostumbrados al teatro vehemente, poético y «artivista» de María Velasco, que ella misma reconoce como «oscuro y anguloso», este tándem con Tulsa es apto para todos los públicos. «Funciona para amantes del teatro, del indie, de la performance... Tiene unos perfiles muy amplios», añade.
Al musical le dan vida tres actrices que tienen una media de 60 años, una edad compleja para las intérpretes:Socorro Anadón, Celia Bermejo y Carmen Mayordomo. Junto a Tulsa y Velasco, Amadora hace un llamamiento a la insurrección.