La Ponferradina gana con gol de Yuri. Da igual cuándo leas esto. El brasileño lleva 15 años hinchándose a golear en los campos de Segunda y Segunda B. Y a sus 38 aún no se ha cansado. La pasada temporada hizo 18; el domingo estrenó su cuenta este curso en el Carlos Belmonte con una sublime ‘picadita’ al meta del Albacete.   

Aquí, la última vez que un delantero llegó a esa cifra en la categoría de bronce (Hugo Salamanca hizo ¡22!, pero en Tercera), el Burgos CF se quedó a las puertas de Segunda. Fue en 2007. Entre Goiria (18) y Samuel Bayón, que aportó otros 10, firmaron más de la mitad de los 51 tantos de los de Arconada, pero se quedaron sin pólvora en la fase decisiva y el equipo lo acusó en el Sánchez Pizjuán. 

Volver a pelear por subir a Segunda 14 temporadas después es, sobre todo, cuestión de goles, y Calero pronto se dio cuenta de que con Toché, Marcelo y Juanma no daba. Para acompañar al menudo atacante sevillano pidió dos delanteros de nivel: Guillermo Fernández ya firmó y llevará el ‘9’; Claudio Medina en principio llegará en cuanto se desvincule del Elche.  

El canterano del Athletic, que en octubre de 2014 marcó al Porto en la última participación de los ‘leones’ en Champions, tuvo que salir de Bilbao para no estancarse y después de 30 goles en cinco campañas en Segunda, a sus 27 años baja un peldaño para impulsar su carrera deportiva en El Plantío. 24 en dos temporadas en Segunda B anotó Claudio, que ahora quiere recuperar en Burgos el olfato que le abrió las puertas del fútbol profesional. 

Con ambos, más la experiencia de Barovero bajo palos, la solidez de un buen entramado defensivo reforzado con Álvaro Rodríguez, Zabaco y Raúl Navarro y con la calidad de Saúl Berjón, más el desparpajo de Iago y algún canterano más (Sergio Arribas...), la hinchada burgalesa se ilusiona. Y yo también.