Las instalaciones en las que se asienta la marca de productos derivados de la manzana, Brainapple, no paran de funcionar. En su centro situado en la antigua sede de Galletas Coral, la compañía ya ha producido durante el presente ejercicio 10.000 botellas de sidra natural. Sin embargo, pese a que ha logrado los objetivos para este año, ha querido ir un paso más allá y para 2023 prepara un aumento del 50% en las unidades fabricadas. Con ello, según explica el gerente de la firma, Fernando Meana, «estamos trabajando ya» para que en mayo del próximo curso «tengamos otras 15.000 botellas de sidra propia, hecha aquí».
Además, Meana recuerda que no puede «olvidarse que también elaboramos más en Asturias, no solo en Miranda». Eso sí, sobre las previsiones que tiene la compañía en cuanto a su producción en esa región, el dueño aclara que «es una incógnita cuánto vamos a tener, porque hay menos manzana este año». No obstante, al mismo tiempo recalca que «vamos a asegurar las ventas que necesitamos cubrir en nuestro mercado». Igualmente, el encargado de Brainapple remarca que dentro de su catálogo se incluye una importante variedad de bebidas. Entre ellas, una de las que más futuro parece tener son sus refrescos.
Precisamente, el empresario explica que la entidad ya dispone en sus infraestructuras de la suficiente fortaleza como para crear grandes cantidades de esta bebida. «El potencial de producción está en 3,5 millones de botellines de refresco, pero tenemos capacidad para escalar y ampliar si hubiera alguna persona muy interesada en que aumentáramos la producción», apunta. «Lo haríamos de una forma ágil, en un tiempo breve», explica. Además, el propio Meana anuncia que ya está cerrando varios acuerdos de distribución y, si finalmente concreta otros que están encaminados, las variedades de Brainapple estarán disponibles en al menos 15 provincias en 2023.
«Lo que ocurre es que necesitamos distribuidores de precisión, no tan grandes como pueda ser uno de cerveza», reflexiona el gestor. Desde su punto de vista, quien se encargue de mover su mercancía debe «entender el producto» y eso provoca que deban «hacer un trabajo más concreto a la hora de seleccionar» con quién firman los contratos. «El esfuerzo comercial que requiere Brainapple va más allá de lo que pueden hacer algunos distribuidores», opina.
No obstante, pese a todo, relata que la marca ya está en venta en lugares como «Cantabria, León, Girona, Badajoz, Burgos, Vitoria o Haro» y, por supuesto, en multitud de bares, tiendas y grandes superficies de Miranda. Asimismo, Meana reconoce que también tienen casi cerrados acuerdos para implantar su sello en «Madrid, Barcelona, las islas Canarias, Baleares, la costa del Mediterráneo, Bilbao y San Sebastián». «Con esos estamos en comunicación de manera prioritaria, aunque estamos en conversaciones con más, como Andalucía, donde hemos buscado alianzas», comenta.