No es un dato baladí que casi la mitad de los españoles acudiera a un servicio de Urgencias de la sanidad pública el año pasado, en concreto el 44,6 por ciento de los ciudadanos frente al 38,2 del año anterior. De ese incremento, más del 50 por ciento lo hizo en un hospital, mientras el 40 por ciento fue a una unidad de Atención Primaria y el 6,5 por ciento restante pidió ayuda a través de los teléfonos 112 y 061.
Así lo revela el Barómetro Sanitario de 2024 que elabora el Ministerio de Sanidad en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) presentado ayer, que destaca que casi ocho de cada 10 pacientes (el 75 por ciento) tuvieron que esperar de media hasta 8,3 días para acudir a su médico de cabecera, un día menos que el año anterior, que fue de 9,12. Tan solo el 25 por ciento de los usuarios que pidieron cita reconoce que fueron atendidos por su facultativo el mismo día o la jornada siguiente.
La encuesta que se realizó el pasado abril con 2.576 entrevistas, desvela cierta estabilidad en la satisfacción respecto a la opinión del sistema sanitario público, al que se le otorga un 6,26 puntos sobre 10, superando levemente la puntuación de 6,14 registrada en 2023.
Esta cifra, que aventaja por un punto el aprobado, queda también plasmada en otro dato: el 42,4 por ciento de los españoles considera que el sistema «funciona bien, aunque son necesarios algunos cambios». Asimismo, el 28,6 piensa que «necesita cambios fundamentales, aunque algunas cosas funcionan» y el 16,2 afirma que «funciona mal y necesita cambios profundos».
Precisamente, la satisfacción con la Atención Primaria también experimenta un leve aumento, llegando a 6,29 puntos en comparación con los 6,19 del año anterior.
Por otro lado, si bien la atención especializada mantiene una valoración positiva, su puntuación disminuyó ligeramente de 5,95 a 5,86 puntos. En cualquier caso, los servicios de Urgencias (7,51 puntos) y la asistencia hospitalaria (7,14 puntos) siguen siendo los aspectos mejor valorados del modelo nacional.
Respecto a las listas de espera, estas se reducen del 39,2 al 34,6 por ciento el porcentaje de ciudadanos que considera que han empeorado.
Por otro lado, el 83,6 por ciento de las personas usuarias de los servicios de Atención Primaria (AP) valora positivamente la atención recibida. Este porcentaje aumenta ligeramente respecto al 80,4 por ciento de 2023. Los aspectos mejor valorados son la confianza y seguridad que transmiten tanto el personal de enfermería como el equipo médico (8,08 y 7,87 sobre 10).
Desigualdad territorial
En la encuesta de este año, el CIS ha añadido una pregunta sobre la percepción respecto a la igualdad en el trato en la sanidad pública. Cuatro de cada 10 cree que no se reciben los mismos servicios según la comunidad de residencia; y un 36 por ciento considera que, igualmente, el trato varía según el manejo que se tenga con las tecnologías.
Otra de las novedades de esta edición es que incluye aspectos relacionados con la atención de la salud mental y muestra que el 17,8 por ciento asegura haber tenido la necesidad de consultar un profesional por malestar psicológico. Aunque en esta especialidad el sector público pierde pese: el 46,3 por ciento fue atendido en la sanidad pública y un 44,7 por ciento en la privada.