Llega el momento de decidir dónde pasar las vacaciones de verano. Los buscadores y páginas de internet se llenan de anuncios de plataformas de oferta de alojamientos. Y los malos, que siempre están dispuestos a pescar en río revuelto, se frotan las manos a sabiendas de que más de uno y más de dos van a intentar ahorrarse unos euros en el competitivo mercado de los apartamentos, sobre todo en lugares de costa. No necesitan siquiera montar una espectacular puesta en escena para lograr su objetivo. Les basta lanzar el anzuelo y esperar a que algún incauto pique. En la Comisaría Provincial saben de sobra que cada temporada estival tienen varias denuncias por falsos alquileres, por eso invitan a extremar la precaución a la hora de reservar las estancias.
El modo de proceder de los ciberdelincuentes es bastante simple, según explica Antonio Salguero, inspector al mando del Grupo de Delitos Informáticos de la Policía Nacional en Burgos. La más común es ofertar un apartamento inexistente en una plataforma de anuncios de segunda mano. Cuando hay algún interesado, no se complican en exceso. Piden el ingreso de una señal o incluso del precio del alojamiento y, a los pocos días, dejan de contestar a los mensajes. Es en ese momento cuando las víctimas se dan cuenta del engaño.
Otras veces, el plan es más elaborado y optan por poner anuncios en páginas webs especializadas en alojamientos turísticos que son mucho más seguras. «A veces la casa no existe, otras clonan ofertas de años anteriores o de portales diferentes. También se hacen con fotos reales de casas pero que en realidad no están destinadas al alquiler vacacional», indica Antonio Salguero.
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