Es uno de los grandes genios de la historia del arte. Un ‘Águila del Renacimiento’. Un artista único que dejó huella en su tiempo y cuyo arte influyó en sus contemporáneos. Tanto que este año, en que se cumple el 450 aniversario de su fallecimiento, Italia, donde se formó y donde realizó algunas de sus obras más importantes, le rinde homenaje con varias publicaciones.En España esta onomástica está pasando desapercibida aunque el profesor de Historia del Arte René Jesús Payo se halla inmerso en su estudio con la intención de realizar una monografía actualizada del autor de obras maestras como la Escalera Dorada de la Catedral de Burgos.
Payo, que lleva años siguiendo la pista del burgalés en Italia -desde que estuviera becado en la Academia de España en Roma-, sospecha que hay muchas obras de Siloe en el sur de ese país. «A partir de la Capilla de los Caraciolo en San Giovanni a Carbonara empecé a seguir la pista a algunas obras en iglesias napolitanas que pueden ser suyas y de otro de los monstruos del Renacimiento, el también burgalés Bartolomé Ordóñez», explica Payo.
Diego de Siloe nació en Burgos en 1490.Hijo del gran escultor Gil de Siloe, no extraña que siguiera los pasos de su padre, con quien comenzó un aprendizaje que completaría posteriormente con Felipe Vigarny, en cuyo taller trabajó durante un tiempo.Sin embargo, el joven tenía muchas inquitudes y quiso ampliar su formación viajando a Italia. Florencia, Roma y finalmente Nápoles fueron sus destinos.Allí, en la cuna del arte, el escultor se empapó de los grandes maestros de la historia. Donatello y Miguel Ángel fueron sus principales referentes. Fue en Nápoles donde el escultor realizó sus primeras obras.
En 1519 regresó a Burgos. Su apellido le abrió muchas puertas.La primera, la de la catedral. No en vano, a poco de su regreso se le encargó la confección del sepulcro del Obispo Acuña, en la capilla de la Concepción. «Se trata de una de las primeras grandes producciones plenamente renacentistas burgalesas en la que se introducen caracteres de idealización basados en escultores como Donatello, del que toma el tipo de relieve muy aplanado o schiacciato», ha escrito Payo en el libro Del gótico alRenacimiento.Artistas burgaleses entre 1450 y 1600 (Cajacírculo).
A instancias del obispo Juan Rodríguez de Fonseca, ese mismo año, en un alarde de actividad impresionante, Siloe presentó al Cabildo, inmerso en obras de transformación del primer templo de la ciudad, el proyecto de laEscalera Dorada. Inspirado probablemente en la desaparecida escalera de Bramante del Belvedere vaticano, es considerada una de las más importantes creaciones arquitectónicas del Renacimiento español.Aunque las influencias de Miguel Ángel son notables, esta obra exhibe en su esplendor un estilo propio, admirado e imitado posteriormente por otros artistas.
La catedral alberga otras obras sensacionales de Siloe, como las esculturas que realizó para la Capilla del Condestable o el Cristo a la columna.De aquella época destacan también la imagen de Santa Casilda en el altar mayor de este santuario; unSan Sebastián para la iglesia de Barbadillo de los Herreros; un Ecce Homo para el templo palentino de Dueñas.Además de la Escalera Dorada, Diego de Siloe hizo en Burgos otra obra arquitectónica de gran importancia: la torre de la iglesia de Santa María del Campo.Su proyecto gustó más que el de Bigarny, con quien compitió por realizar la obra. Sin embargo, un pleito con su otrora maestro y las posibilidades de trabajo que se le abrían allende tierras castellanas impidieron que culminara la obra, aunque el estilo de su huella es palpable.
en Granada. Su siguiente destino fue Granada, donde desarrolló una intensa labor. Las estatuas orantes de los Reyes Católicos en la Capilla Real de la ciudad nazarí fueron su primer trabajo.Además, culminó la construcción del convento de San Jerónimo, aunque su principal obra arquitectónica, considerada hoy una de las obras cumbres del Renacimiento español, fue la catedral.Aunque iniciada por Enrique Egas, fue Siloe quien la diseñó. El gran Chueca Goitia calificó la capilla mayor de este templo como «la más noble capilla mayor del orbe cristiano».
A raíz de aquel fabuloso trabajo Siloe ya no descansó: las ofertas de trabajo se multiplicaron. Andalucía cuenta con numerosos ejemplos de su arte. Diego de Siloe falleció en Granada en 1563. A su muerte era considerado uno de los grandes artistas españoles de aquella época y de todos los tiempos.