La Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León (Somacyl) asumirá el próximo mes de junio la gestión del Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) de Cortes y a partir de ese momento arrancará la cuenta atrás para invertir 25 millones de euros en la modernización de una instalación que hace tiempo que superó su vida útil. El avanzado estado de deterioro de la infraestructura a la que van a parar los desechos que generan cada día los burgaleses ha provocado en los últimos años grandes dolores de cabeza en la Concejalía de Medio Ambiente ante el temor a que una de las múltiples averías fuera irreparable y este espacio quedara inutilizable.

La sensación de alivio en el área ha sido grande tras conocer, tal y como avanza el concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño, que se dispone al fin «de todos los informes técnicos favorables» y únicamente falta que este jueves se apruebe por parte de la Junta de Gobierno la encomienda de gestión del CTR a Somacyl, entidad instrumental de la Junta de Castilla y León de la que el Ayuntamiento de Burgos es accionista simbólico (lo que permite la encomienda).

Niño detalla que Intervención ha dado su visto bueno a la encomienda tras tener en su poder un informe de la Asesoría Jurídica que resuelven algunas dudas de índole «formal» y tras la aprobación de la encomienda el siguiente paso será la exposición pública de este cambio de gestión por un periodo natural de un mes, ya que está sujeto al recurso especial.

A partir de ahí ya solo quedará, salvo sorpresa mayúscula, que Somacyl tome en junio las riendas del CTR. A la espera de que se conozcan los planes exactos, el cronograma que se había anunciado hasta ahora establecía un plazo de dos años para la ejecución de las inversiones.

En el Ayuntamiento estiman que a lo largo de los próximos 15 años habrá que asumir un desembolso de alrededor de 55 millones de euros. Con ese dinero se pagarán las inversiones que adelante Somacyl, los gastos de financiación, de gestión...

Cabe recordar que en el año 2019 el Ayuntamiento trató de desprenderse del CTR al defender que el modelo de gestión estaba «obsoleto», ya que las ciudades más avanzadas en esta materia habían dejado de explotar este tipo instalaciones. Trató de convencer al Consorcio Provincial de Residuos de que existían razones de eficiencia y racionalidad para que ellos pudieran asumir la gestión de los desechos de toda la provincia, pero no encontraron una buena predisposición y el tiempo invertido fue tiempo perdido.

A partir de ese momento se buscaron otras alternativas y en las conversaciones con Somacyl se adivinó pronto el ánimo de colaborar.

El problema entonces estuvo en que Intervención informara a favor de la propuesta realizada desde la Concejalía de Medio Ambiente. Ha tenido que pasar más de un año hasta que la encomienda de gestión ha contado con todos los informes técnicos, pero finalmente se ha llegado a ese punto.

El cambio de manos no solo permitirá renovar una instalación que se cae a pedazos sino también reducir el volumen de residuos que se llevan al vertedero.