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C.M. / Burgos
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El burgalés Álvaro Moral García ha sido distinguido con el Premio Europe 40 Under 40 Architecture que reconoce el talento de arquitectos europeos menores de 40 años

Álvaro Moral posa en el restaurante Cobo Estratos, en la plaza de la Libertad, en cuyo diseño colaboró. - Foto: Valdivielso

El futuro de la arquitectura y el diseño está en sus manos. Son jóvenes arquitectos europeos que han empezado a dejar su impronta en edificios o interiores y quizás su nombre forme parte de la historia en unos años por sus creaciones. Entre ellos está el burgalés Álvaro Moral García (1989) que ha sido reconocido con el Premio Europa 40 Under 40 Architecture. Se trata de un galardón que entregan las instituciones internacionales Centro Europeo para la Arquitectura, el Diseño de Arte y los Estudios Urbanos y el Museo Ateneo de Chicago para la Arquitectura y el Diseño con el objetivo de poner en valor el talento de profesionales europeos menores de 40 años. 

En este reconocimiento le acompañan otros tres arquitectos españoles y de Francia, Austria, Italia, Portugal, Suiza, Turquía o Reino Unido, lo que proporciona una visión bastante completa del escenario arquitectónico actual en Europa. El burgalés, que forma parte del estudio MADE.V que ha diseñado la tercera fase de remodelación del Monasterio de San Juan, concurrió con tres propuestas. Una panadería, un centro tecnológico y un restaurante. En el caso de la primera obra está ubicada en Burgos, en el S-4, una zona en plena expansión urbanística. En el diseño de este despacho de pan, de 42 metros cuadrados, ha aunado la funcionalidad y la tradición portuguesa del azulejo, en honor a sus propietarios, combinadas con formas geométricas y el color azul. La obra fue realizada en colaboración con Daniel González y Pablo Cendón.

En cuanto al centro tecnológico de Potencia y Control, ubicado en Valladolid, es un edificio industrial en el que se diseñan automatismos destinados al sector de la automoción. En su interior trabaja un centenar de ingenieros que proponen la máquina adecuada para resolver los problemas de las industrias, luego los robots se fabrican en Italia y vuelven de nuevo a Valladolid para hacer las pruebas. El edificio, diseñado junto a Eduardo Carazo, Víctor Ruiz y Daniel González, se ha concebido como un gran patio de operaciones y un anillo que circula en torno a él. Finalmente, la tercera obra que presentó fue el restaurante Cobo Estratos, que diseñó en la plaza de la Libertad de la capital burgalesa junto a Enrique Jerez, Víctor Manzanedo y Jorge Virumbrales. 

El arquitecto burgalés, que compagina su trabajo en el estudio MADE. V con su tarea como profesor en la Universidad de Valladolid, considera que un premio así es un reconocimiento pero también aporta cierta «presión» para el siguiente proyecto que se realice. 

En este sentido, destaca la importancia de que el cliente al que va destinada cada obra participe en todo el proceso creativo. «La ventaja de tener un estudio pequeño es que no tenemos que producir mucha arquitectura y estamos más atentos a los clientes, lo que hace que la obra sea personalizada. Lo más importante es que el cliente esté contento», señaló. 

Los proyectos ganadores de esta edición se mostrarán en una exposición en el Centro Europeo de Atenas (Grecia) en el mes de diciembre, coincidiendo con la ceremonia de entrega de los premios.