El Real Madrid ha ganado este jueves por 89-91 en su visita al KK Partizan de Belgrado durante la 34ª y última jornada de la temporada regular de la Euroliga, gracias a un gancho de Walter 'Edy' Tavares sobre la bocina y habiendo remontado los merengues hasta 10 puntos de desventaja en el último periodo de un encuentro reñidísimo.
En el Beogradska Arena, a rebosar, los visitantes empezaron con arreones (2-7, 4-9) gracias al dominio claro de Tavares en el poste bajo. Un triple de Gaby Deck conservó esa ventaja, pero se lo devolvió de inmediato Isaac Bonga, lo que se unió al empeño de Frank Ntilikina en las filas de un Partizan que reaccionó pronto (22-20).
A 1:52 para cerrar el primer cuarto, Sergio Llull saltó por primera vez a la pista y fue abucheado por las gradas. Entre tanto, un mate poderoso de Balsa Koprivica fue el último ataque local antes de agotar el minuto 10 con 24-22 en el marcador, si bien un robo de Andrés Feliz a Sterling Brown y su canasta fácil en solitario neutralizó todo.
Así había arrancado bien el segundo periodo para el Real Madrid, ya que Dzanan Musa aumentó la cosecha en ataque con un 2+1 tras rebote ofensivo y canasta a tablero. La labor del propio Sterling Brown se combinó con la de Aleksej Pokusevski para mantener enganchado al equipo serbio mientras enfrente Serge Ibaka y Usman Garuba asomaban la cabeza.
Dosificar a 'Edy' Tavares era clave para su entrenador Chus Mateo, cuyos pupilos dieron un pequeño estirón con un 0-5 de parcial encauzado por un triple de Deck. Después del descanso, al que se había llegado con 46-48 en el electrónico, los anfitriones mejoraron su estadística desde el perímetro, tal y como auguró Carlik Jones poniendo el 56-52.
Luego dos triples de Brandon Davies, junto a otro logrado entre medias por Pokusevski, ampliaron la renta del Partizan a la decena de puntos (71-61). No obstante, Davies cometió su cuarta falta personal a 1:48 para acabar el tercer periodo, lo que daba cierto respiro a los jugadores madridistas y ponía nervioso a su técnico, Zeljko Obradovic.
Pero Bonga dio calma al veterano entrenador serbio, pues con una canasta suya, sencilla por el despiste de la zaga blanca, se consumió el tercer cuarto (74-65). Al inicio del cuarto acto, Vanja Marinkovic recobró los 10 puntos de ventaja del Partizan mediante un triple y, al tiempo que la grada se calentaba, hubo un parón del trío arbitral.
Los tres colegiados del partido quisieron revisar un enganchón de Llull con Arijan Lakic, quedando 8:00 para el bocinazo definitivo, y entonces cayó una lluvia de patatas fritas. Superado ese surrealista escenario de tensión, Llull coló un triple lateral para situar el 77-72 y enervar a la afición belgradense, que constantemente lo silbaba.
Dos malos ataques de Ibaka y de Garuba evidenció que Tavares era la baza determinante para el juego interior merengue, y ello propició que el Partizan se alejase un poco en el marcador (80-72) tras un acierto de Pokusevski desde más allá del arco. A trompicones seguía el duelo, los madrileños fallaron varios ataques y Davies les asestó un golpe.
A 3:49 para terminar, el antiguo pívot de Barça y Valencia Basket encestó un triple frontal en la cara de Tavares. Lo negativo fue hacer su quinta falta luchando con Musa por un rebote, acción aparentemente evitable y cuya revisión arbitral enfadó a los ultras 'Grobari'; y ahí Marinkovic cogió el micrófono del 'speaker', para pedir tranquilidad.
Sacó entonces carácter el Real Madrid, rescatado por un triple de Llull, un bandejón bombeado de Facundo Capazzo y luego otro triple, en su caso de Mario Hezonja, para establecer el 85-84 a 2:19 del final. Jones fue objeto de falta en la siguiente posesión y aprovechó sus dos tiros libres, pero cometió falta en ataque cuando buscaba ampliar ese 87-84.
Campazzo, que previamente había errado un tiro libre adicional tras la bandeja y un triple lateral, forzó esa infracción de Jones. Y más protagonismo acaparó el base argentino, recibiendo la quinta falta de Pokusevski, aunque el 'Facu' se dejó por el camino uno de los dos tiros libre. Todo pasaba por las manos del jugador de Córdoba, esencial siempre.
Él agarró un rebote y posteriormente igualó la contienda (87-87) con nuevos tiros desde línea de personal, restando 43.1 para zanjar el encuentro. Y otras dos 'vacas sagradas' emergieron para remontar, pues primero Tavares defendió bien a Jones y después Llull acertó en una penetración a canasta, 'retratando' a Jones por segunda vez seguida.
Se desquitó el base nacionalizado sursudanés cuando metió el empate provisional (89-89) en una jugada que Obradovic fabricó para los 6.3 del reloj. De forma paradójica, ese acierto fue demasiado rápido y aún le quedaban 2.0 al conjunto visitante para evitar la prórroga. Mateo gastó tiempo muerto e ideó una ofensiva con Campazzo sacando de banda.
El base cordobés pasó el balón alto a Tavares, quien a su espalda tenía a un Koprivica flojo en el marcaje y que se mostró incapaz de frenar el exitoso gancho del pívot caboverdiano del Real Madrid sobre la bocina. Este resultado ubicó a los madridistas con un balance de 20-14, a la espera cerrarse la jornada, y dejó al Partizan en 16-18.