Lejos de ser un espejismo o una promesa que se queda flotando en el aire -como muchas otras-, el proyecto que el grupo de ingeniería y tecnología Sener ha elaborado para abastecer a la industria de la capital burgalesa de hidrógeno acaba de dar un paso crucial.
La compañía vasca ya ha alquilado una parcela en el polígono de Villalonquéjar, lo que supone un espaldarazo en toda regla al plan de desarrollo de esta energía renovable. La futura planta de producción se ubicará a escasos metros de su principal cliente, la química Adisseo, aunque también surtirá a otras fábricas situadas en este complejo o en el de Burgos Este. Las conversaciones entre los dirigentes del grupo y los dueños del suelo están muy avanzadas y se espera que en las próximas semanas se vayan conociendo más detalles. La intención es que, tal y como adelantó este periódico hace algo más de un mes, Sener empiece a suministrar hidrógeno en una primera fase en 2026. Lo haría tras culminar un proyecto que produciría alrededor de 20 megavatios de esta energía renovable. Para la segunda etapa no habrá que esperar mucho más, ya que calculan que sería posible apenas 24 meses después con 40 MW de electrólisis de potencia. Todo ello vendría acompañado de una inversión económica aproximada de 150 millones de euros.
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