¿Cómo afectaría a la actividad de unas abejas que colocaran junto a sus colmenas miles de placas solares? ¿Y a un agricultor que las fincas que cultiva se las alquilen a una compañía de renovables para instalar un mega parque solar en vez de a él ?
Javier y Christian se lo explican a la cámara de Juan Carlos García Moreno, que recoge en vídeos testimonios para ofrecer perspectivas y concienciar sobre el efecto y consecuencias de la posible instalación de una planta fotovoltaica de entre 80 y 100 hectáreas en Torrelara y que EDP Renovables planea, a través de su filial Eólica Arlanzón.
La empresa ya ha reunido a los vecinos para explicarles su proyecto y después a los propietarios. «Nos dimos cuenta de que había bastante desinformación y que mucha gente no era consciente de lo que implicaría», indica Juan Carlos, asustado cuando comenzó a jugar con el photoshop y vio como quedaría la instalación. «Rompería con el paisaje en armonía de toda la Sierra», recuerda el autor del trabajo audiovisual.
«Llegar al corazón de los propietarios y que se planteen si merece la pena o no alquilar sus fincas para que el proyecto siga adelante», espera García, que lo ve difícil pero que no va a dejar de intentarlo.
Desde el colectivo reconocen que hay un «dilema» y que este proyecto puede suponer una «ruptura social» entre los habitantes de la localidad. «1.500 euros por hectárea al año es muy tentador», explica. El parque se ubicaría en una ladera, muy cercano a un yacimiento paleontológico considerado como único en el mundo para conocer el ecosistema de los dinosaurios.
postura. Aseguran que han tomado esta postura desde el respeto y no como una medida de presión ni de señalar a nadie. «Asumiremos lo que pase. Si sale adelante lo olvidaremos. Me costaría mucho ver así a Torrelara, por eso estamos intentando informar», indica.
El alcalde, Rubén González, manifiesta que están en contra del proyecto. Han llegado a hablar con EDP pero no pueden hacer más. Agrolara se muestra crítica con esta iniciativa «que deja con una mano delante y otra detrás a jóvenes agricultores». La Asociación para el Desarrollo de Tierra de Lara opina que sería «malvender el paisaje por algo que no da garantías de futuro».