La obra en la Fábrica de Tornillos genera críticas

Ó.C. / Miranda
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El Ayuntamiento de Miranda necesita acometer obras urgentes y la situación obliga a limitar drásticamente el aforo. Por eso, hay asociaciones que pararán su programación

La última gran actividad organizada en la Fábrica fue el Ebrovisión en el mes de septiembre. - Foto: Christian Castrillo

El déficit de la Fábrica de Tornillos en materia de seguridad tendrá consecuencias. El espacio no volverá a ser el mismo, porque habrá un recorte del aforo de las 800 personas actuales. Más allá del tope de capacidad, el Ayuntamiento afronta un problema inminente, porque debe acometer obras urgentes, lo que obligará a tener durante un mes esta instalación cerrada. Además, mientras no terminen los trabajos, la sala tendrá medidas estrictas para su funcionamiento, por lo que habrá actuaciones que se suspenderán o se tengan que aplazar, con todo el perjuicio que supone. Una alternativa mientras se solventan las carencias, pasa por realizar conciertos con hasta 480 asistentes de pie, pero con el portón de entrada abierto, lo que genera críticas en los vecinos, que reclaman mejoras para mitigar el ruido.

La concejala de Juventud, Cristina Ferreras, reconoce la necesidad de las obras, como marcó la empresa que realiza el primer plan de emergencia. La partida de 100.000 euros para financiarlos la conseguirán hoy. La edil detalla que suprimirán el textil que no sea ignífugo y modificarán la puerta peatonal del portón para que se abra hacia afuera. Además, abrirán una vía más de evacuación, en el lateral «donde ahora está la única salida de emergencias que existe», porque hay dos puertas juntas «y se considera una única vía de salida», afirma Ferreras. También eliminarán el revestimiento de las paredes «porque es de madera y es carga de fuego», confiesa.

Todos estos trabajos, previsiblemente, se harán tras Navidad y «se calcula un mínimo de un mes», aclara la responsable municipal. Hasta ese momento, la Fábrica acogerá actividades, pero con limitaciones, como la de un concierto con 480 personas, pero con el portón abierto. Si está cerrado, la capacidad se minimiza a cien asistentes y si hay sillas 120 con la sala abierta. Cuando acaben las modificaciones exigidas por seguridad, el espacio tendrá «un aforo de alrededor de 500, pero eso se determinará cuando acaben las obras», puntualiza Ferreras.

Entre las asociaciones que utilizan este espacio la noticia ha caído como una bomba y también levanta críticas, aunque se entiende que las obras son necesarias. En Mirajazz dudan de seguir con su programación de un concierto cada mes. En el colectivo reconocen que resultará «muy difícil», que continúen. Los organizadores de la Madre Festival tendían todo listo para el 7, 8 y 9 de diciembre. Habían vendido más de 400 abonos, pero no contemplan hacerlo con estas condiciones, por lo que esperan encontrar una fecha antes de primavera de 2024, en una instalación con una fuerte demanda.

La Regadera anuncia un concierto en la Fábrica de Tornillos para el 23 de diciembre. El grupo informa de que rondan la cifra de 480 personas que podrían entrar con el acceso abierto, pero siguen adelante, «y luego también veremos la posibilidad de habilitar una segunda fecha», ya que tienen más demanda. Por último, la Asociación de Amigos de Rafael Izquierdo cuentan con el festival El Chantre. La primera fecha es el 29 de diciembre y reflexionan sobre qué hacer, para encajar todos los interés. En esta actividad, también cuentan con un concierto programado para el 23 de febrero con el grupo Sidonie, pero esperan que para esa fecha las obras hayan terminado.

El ruido. A todo esto hay que sumar el descontento vecinal. El portavoz del PP reveló en este medio que había muchas quejas por ruidos, lo que se puede multiplicar si se terminan por celebrar muchas actividades con el portón abierto. En el barrio incluso dudan de la legalidad de esta alternativa planteada a los promotores y recuerdan que «es necesario incluir trabajos para mejorar la insonorización».