El director provincial de Educación visitó ayer el CEIP Altamira. Lo hizo en medio de una protesta de las madres, que no aceptan que se hagan las obras durante el curso para habilitar dos aulas destinadas a niños de uno a dos años. El representante de la Junta tuvo una reunión con el equipo directivo y representantes del AMPA, en la que anunció inversiones en materia de accesibilidad. Los progenitores vieron el ofrecimiento como un paso para rebajar el descontento existente, pero tras la cita admitieron haberse quedado «fríos», porque «se nos ha dicho que al cabo de unos años va a haber unas mejoras, pero tampoco hay un documento en el que se comprometan a nada», explicaron en el colectivo.
El director provincial justificó la decisión de incluir estas dos clases, porque en estos momentos «hay dificultades» para dar plaza a niños de uno a dos años, por lo que reiteró que las obras deben realizarse. El calendario con el que trabajan pasa por empezar lo antes posible, incluso pueden arrancar «en Navidad», afirmó el director provincial José Antonio Antón, quien puntualizó que los trabajos no incidirán en el día a día del centro, «porque se harán por la tarde y se va a aislar el ala donde se actuará».
De cara al verano, el responsable de Educación avanzó que «acometeremos una mejora en la accesibilidad con rampas y con eliminación de barreras». También acondicionarán algunos servicios para la zona de Infantil, aunque «hay uno de los baños en los que se actuará ahora». En un futuro, Antón abrió la puerta a colocar «un ascensor o un salva escaleras».
En el AMPA lamentan que más allá de las promesas «nuestros hijos salen perjudicados», ya que sufrirán una pérdida de espacios que no podrá suplirse en ningún caso a corto plazo. En especial, preocupa la eliminación del gimnasio, aunque en la reunión se habló de adaptar una parte del patio en el que actualmente hay una zona techada, y «en un futuro se puede hacer un cobertizo, pero hay que ver cómo está el planeamiento urbanístico», avanzó Antón.