La lavanda crece como opción al cereal y reclamo turístico

R. Pérez Barredo / Burgos
-

Burgos se asienta como una de las provincias que ha apostado por el denominado 'oro malva', y este año se recogerán en torno a 500 hectáreas de esta planta aromática

La lavanda crece como opción al cereal y reclamo turístico - Foto: Luis López Araico

El océano de cereal de Castilla ya no es infinito: de unos años a esta parte han ido surgiendo, cada vez con más presencia a impacto, 'islotes' que desmienten la inmensidad de las espigas doradas del trigo y la cebada. Son los campos de lavanda, planta por cuyas cualidades aromáticas, cosméticas y ornamentales se ha ganado el apodo de 'oro malva', y que está empezando ahora a entrar en su momento álgido, en su máximo esplendor, que constituye un espectáculo para los sentidos. De unos años a esta parte, lo que era un cultivo casi anecdótico está creciendo de forma exponencial: si hace un lustro había en torno a un centenar de hectáreas dedicadas en la provincia a esta aromática, ahora son casi 500.

«Es un cultivo muy agradecido», explica JuanArribas, agricultor de Cilleruelo de Arriba que cuenta con 30 hectáreas de lavanda y lavandín (híbrido entre la lavanda y el espliego) y que posee la única destilería de la provincia, en la que procesa, además, toda la lavanda que se recoge en Burgos más un poco procedente de Segovia. «Se ha puesto de moda y da rentabilidad respecto al cereal, no tiene nada que ver. El beneficio es en torno a tres veces más, aunque depende de años, claro. Es una planta que aguanta mejor que sin agua que el cereal.Lo que sucede es que al agricultor le cuesta cambiar, pero cada vez está habiendo más».

Él, que sembraba principalmente cereal, leguminosas y girasol, apostó por este cultivo y aún más: cuando otro agricultor de la comarca cerró su destilería, él decidió arriesgar más y poner en marcha la suya propia en el mismo Cilleruelo de Arriba, cuyo entorno -la comarca del Arlanza- empieza a parecerse estos días, al igual que el entorno de Mecerreyes y en Caleruega, que ya es la Ribera, a una pequeña Provenza, la región de Francia en la que la lavanda es mucho más que un símbolo.

(Más información en la edición en papel de hoy de Diario de Burgos)