No es habitual un doble cambio en el descanso con empate a cero y menos de dos jugadores tan importantes en el Burgos CF como Fer Niño e Iván Morante. Pero ayer, ante el Málaga, ambos se quedaron en el vestuario durante el intermedio. Y la explicación de Luis Miguel Ramis no dejó lugar a las dudas: «Veía que no estaban participando y no podían seguir en el campo».
La verdad es que ambos tuvieron una primera parte para olvidar. Fer Niño apenas entró en juego. Llegó tarde a todas las disputas, con continuos gestos de queja y su estado de forma está muy lejos de lo que se espera de él. «Tiene que ser más competitivo», aseguró su entrenador al final del partido.
Y algo parecido pasó con Iván Morante. Apenas entró en juego y el Málaga se adueñó del centro del campo, con un Miguel Atienza que se tenía que multiplicar en el trabajo. «Me encanta, pero está apagado. Tiene capacidad y confío en él», aseguró Ramis. Recuperar a ambos futbolistas es uno de los objetivos del cuadro técnico.
Fueron dos de los protagonistas del partido, pero no los únicos. En la grada no olvidan la salida de Alfonso Herrero del Burgos y su fichaje por el CD Mirandés y así se lo recordaron durante todo el encuentro, sobre todo en la segunda parte, cuando tuvo detrás al Fondo Sur.
Y en la Tribuna hubo invitados de honor, como Jesús Areso, lateral derecho de Osasuna que dejó una huella imborrable tras su paso por el Burgos. También estuvo Alfredo Merino, director deportivo del Mirandés y principal artífice de la gran temporada del conjunto rojillo. Junto a él, Alberto González, técnico burgalés que trabaja en el Real Zaragoza.