Durante más de diez años un peligroso depredador sexual estuvo suelto por España agrediendo a cuantas mujeres acudían a lo que ellas pensaban que era una entrevista de trabajo. Con este modus operandi, que siempre era el mismo, llegó a Burgos en mayo de 2019 y se cebó con una joven, que tuvo los arrestos de denunciarle y contar en este periódico lo sucedido. La lectura del artículo por parte de otra chica, que reconoció el patrón de una agresión que sufrió en Madrid, le animó a denunciar y en julio el hombre fue detenido por la Policía Nacional, que descubrió que le había hecho lo mismo a 22 mujeres.
La Audiencia Provincial de Madrid le ha condenado a 34 años de cárcel al considerarle autor de 17 delitos de agresión sexual, otros 5 en grado de tentativa, un delito continuado de abuso y dos de descubrimiento y revelación de secretos. Deberá, además, indemnizar a todas las víctimas con un total de 116.000 euros.
Agustín C.C., que ahora tiene 50 años, es calificado en la sentencia como un tipo «con personalidad antisocial, narcisista, con frialdad emocional, egocentrismo y ausencia de empatía hacia las víctimas». Cometía siempre sus agresiones de la misma manera: publicaba anuncios falsos de trabajo en plataformas digitales buscando empleadas para diferentes oficios: recepcionista, secretaria, masajista... a cambio de un elevado sueldo «con la finalidad -dice el fallo- de que mujeres españolas o extranjeras, en su mayoría muy jóvenes o en situaciones precarias acudieran a realizar una entrevista personal con él».
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