Con tan sólo 8 años, Jorge Rey y su familia se mudaron desde la capital burgalesa hasta el pueblo de Monasterio de Rodilla, situado en la comarca de La Bureba. Junto a su padre y su hermano, ha recorrido las diversas navas y montañas de los alrededores del pueblo para conocer la fauna y la vegetación que les rodean en su nuevo hogar. Esta gran conexión con la naturaleza y sus salidas por los montes y crestas rocosas le permitieron conocer al pastor del pueblo, Rafael Sedano, con quien comenzó a aprender más cosas sobre la naturaleza, la sabiduría popular y un sistema milenario para predecir el clima: las cabañuelas, que a partir de la observación de determinados días de los meses de enero y agosto es capaz de aventurar cuál será el tiempo durante el año siguiente.
«Pasaba el tiempo por las mañanas y tardes con las ovejas y las vacas, con un mono prestado que no me servía. En ese tiempo, aprendí mucho hablando con Rafa sobre sabiduría popular que se está perdiendo, además de aprender por mi cuenta con libros», relata Rey, que ahora tiene 14 años. Al tiempo que esto ocurría, empezó a interesarse más por el sistema de predicción de las cabañuelas, incluyendo las formas modernas de predicción del tiempo. Mientras desarrollaba este pasatiempo, a varias personas y amigos de la red social Instagram les resultaron interesantes las predicciones que compartía. Junto con ello, su pasión por los avances tecnológicos encendió la chispa que se convirtió posteriormente en un blog sobre predicciones climáticas burgalesas, que Jorge Rey bautizó con el nombre de El tiempo con JR: «Siempre me han gustado las tecnologías, y como ando todos los días con nuevas ideas y no paro, pues se me ocurrió realizar un blog».
Además de este proyecto, Rey está logrando este verano que varios ayuntamientos burgaleses coloquen estaciones meteorológicas: «En Berzosa de Bureba, Buniel y en Briviesca ya han puesto casetas, y sigo contactando con más ayuntamientos. Esto me permitirá ver los efectos del cambio climático en zonas concretas de la provincia».
En su blog, publica cada cierto tiempo fotografías de paisaje natural de su entorno y de las personas que le mandan sus instantáneas, así como las predicciones semanales, acompañadas de refranes populares: «Para cada día que realizo una publicación siempre tengo un refrán. La gente se sorprende mucho de la cantidad de ellos que publico».
Para realizar las predicciones emplea una gran variedad de herramientas: «Lo hago mirando los satélites y en ocasiones también comparo mis predicciones con los modelos, que son hasta cierto punto fiables», afirma. El joven burgalés recalca que prefiere usar el ancestral método de las cabañuelas, pues explica que «no son tan sencillas de hacer, porque hay que estar pendiente de ellas. Son útiles sobre todo para los ganaderos y agricultores. Y como se estaban empezando a perder, quise recuperar esos conocimientos», explica.
De cara al futuro más lejano, este estudiante de cuarto curso de ESO cuenta sus intenciones académicas una vez acabadas la secundaria y el bachillerato: «No he mirado en detalle, pero estoy seguro de que existe una carrera más específica que contenga ramas naturalistas o más relacionadas con la predicción temporal. Puede que estudie algo relacionado con la química o por el estilo. Pero con lo cambiante que es todo, tiempo al tiempo». Y nunca mejor dicho.