Su labor es callada y constante y redunda en beneficio de las arcas municipales y, por extensión, en todos los ciudadanos. Si no se pagan impuestos, no hay servicios públicos pero como en todos los ámbitos de la vida siempre hay picaresca. El Servicio de Inspección Tributaria del Ayuntamiento es el encargado de perseguir a los morosos o a las personas que engañan pagando menos de lo deben.
La memoria de 2023 pone cifras a un trabajo que también contribuye a incrementar los ingresos públicos. La apertura de más de 3.500 expedientes ha permitido aflorar 7.830.523 euros, la mayoría de los cuales se han logrado cobrar y hay otros que están en proceso, dado que la administración es garantista y permite recurrir. La cantidad es ligeramente inferior a la de 2022, año en el que afloraron 8.935.231 euros.
El Plan de Inspección centró su objetivo en las sociedades que se encuentran sujetas a la tasa del 1,5% de los ingresos brutos procedentes de la facturación por la utilización privativa y aprovechamientos en el suelo, subsuelo o el vuelo de las vías municipales para la instalación de servicios de suministros. Se requirió toda la documentación a las empresas que no la presentaron en plazo. Una vez realizadas las comprobaciones oportunas, se instruyeron 211 expedientes que originaron la emisión de 429 liquidaciones por importe de 5.922.083 euros. A ellos se añaden otros 7 expedientes de telefonía fija por los que se logró ingresar 65.095 euros.
(Más información, en la edición impresa de este sábado de Diario de Burgos o aquí)