Las lagunas de Villasandino sirven de refugio a 150 especies acuáticas

I.P. / Villasandino
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Este nuevo ecosistema de humedal, diseñado en forma de isletas, se ha creado a partir de la extracción de áridos de la obra de la A-231, con la posterior restauración de la zona deprimida

El jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente explica a las autoridades regionales y locales las características del humedal. - Foto: Ángel Ayala

No siempre la construcción de una obra pública supone la degradación del entorno, al menos cuando se pone voluntad para una intervención de restauración posterior. Es el caso de las obras de construcción de la autovía del Camino de Santiago (A-231) a su paso por Villasandino donde, diez años después de la ejecución del proyecto, las tierras ocupadas entonces por áridos, se han convertido en un ecosistema de humedal que facilita el descanso, refugio y alimentación de las especies migratorias, además de ser un espacio para la investigación de ornitólogos y de haber conformado una ruta de 7,5 kilómetros con un gran atractivo paisajístico.

Las lagunas artificiales de Villasandino ocupan una superficie de agua laminada de más de 6.000 metros cuadrados, diseñadas como un conjunto de isletas que favorecen el refugio, y que acogen ya a 150 especies acuáticas censadas, algunas de ellas tan interesantes como el avetoro, el aguilucho lagunero, ánade real, focha común o el cernícalo. Este humedal se extiende a ambos lados de la autovía, en torno al kilómetro 128, y se crearon a partir de la extracción de áridos y préstamos necesarios para la realización de las diferentes unidades constructivas de la carretera el año 2002. Diez años después, la CHDrealizó una obra de restauración en ese punto, en su parte norte. Por su parte, la Fundación Patrimonio Natural de la Junta y las empresas EDPRenováveis y Maxam han restaurado y acondicionado la zona sur con el objetivo de favorecer la renaturalización de la vegetación del entorno natural con el nuevo humedal, aumentar la capacidad de encharcamiento en la zona de actuación, favoreciendo a su vez una lámina de inundación controlada en casos de crecidas del Odra, lo que suele suceder cada 7 ó 10 años, y mejorar el hábitat para la estancia de especies acuáticas favoreciendo las zonas de criación con la formación de las isletas. Las lagunas se nutren así  tres formas: el agua de lluvia, el nivel friático y de las propias crecidas del Odra a través de un canal regulado.

Además de las especies censadas, se han plantado 1.810 plantas de majuelo, cerecino, endrino, manzano silvestre y serval, además de la plantación de pinos para crear un muro vegetal de cara a minimizar el ruido de la autovía.