La máxima de que el papel todo lo aguanta la tienen muy bien aprendida en el ahora Ministerio de Transportes, anteriormente denominado de Fomento. Entre las múltiples pruebas que ratifican esta afirmación destaca el incumplimiento del Plan Estatal de Infraestructuras, Transporte y Vivienda (Pitvi) que la por entonces titular de este departamento, la popular Ana Pastor, presentó en 2012.
El documento se publicó con la intención de que antes de 2024 todas las carreteras de gran capacidad, aeropuertos, puertos marítimos y líneas y terminales ferroviarias que incluía fueran reales. Hoy, a escasos dos meses de cumplir el plazo marcado por el Gobierno, la realidad es que en la provincia de Burgos tan solo se han ejecutado uno de cada cuatro kilómetros reflejados en el propio Pitvi. Apenas hay en servicio 52 de los 201 que contempla este programa, a todas luces un brindis al sol. El Plan Estatal apostaba porque carreteras como la A-12 (Logroño-Burgos), la A-73 (Burgos-Aguilar) o la A-11 (Autovía del Duero) estuvieran ya operativas.
Lejos de esas intenciones, en la que conectará la capital castellana con la de La Rioja no hay ni un solo kilómetro abierto. El único atisbo es la construcción del tramo entre Santo Domingo de la Calzada y Villamayor del Río, segmento de 14 kilómetros de los que 7 son el territorio burgalés. Aunque este debería haber abierto el pasado marzo, un modificado ha retrasado su entrada en funcionamiento hasta al menos finales de 2025.
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