Durante catorce días, un hombre estuvo sacando dinero y haciendo transferencias de la cuenta de ahorros de su pareja a la suya. Previamente, le había sustraído su tarjeta aprovechando que vivían juntos y que conocía las claves. La mujer no se dio cuenta del desfalco hasta que, de un día para otro, su novio se largó de casa y dio por terminada la relación sin más explicaciones. Ahora, la Audiencia Provincial de Burgos le ha condenado a un año de prisión por un delito de estafa y también a abonar una indemnización equivalente a la cantidad sustraída durante las operaciones bancarias.
Los hechos, que por conformidad de las partes se dan por probados en la sentencia, tuvieron lugar en noviembre de 2022. El ahora condenado, con antecedentes penales previos, pero no computables en esta causa a efectos de reincidencia, mantenía por aquel entonces una relación sentimental con convivencia con la víctima. Esta circunstancia le daba acceso a las tarjetas de crédito de su novia. Pero es que, además, conocía el código pin porque previamente ella se lo había dado para que realizara extracciones con su consentimiento al estar impedida a causa de un accidente que había sufrido.
La cuestión es que, aprovechando la coyuntura y la confianza depositada por su pareja, entre los días 14 y 28 de noviembre realizó un total de 14 extracciones y una transferencia bancaria. Según la sentencia, le movió «el ánimo de obtener un inmediato beneficio patrimonial y haciendo un uso no autorizado de la tarjeta y de las claves de acceso».
El primer día, realizó cuatro extracciones por valor de 990 euros. El 17 de noviembre, otro de 240. El día 25, sacó de nuevo 750. Por último, el último día, el 28 de noviembre, fue el de mayor desfalco, pues sustrajo más de 2.600 euros a través de 8 retiradas en efectivo y una transferencia bancaria a través de la aplicación móvil, sobre la cual también tenía conocimiento de las claves.
Después de efectuar estas operaciones, el hombre abandonó el domicilio que compartía con la novia y dio por terminada la relación con ella. Fue entonces cuando se percató de que había sido estafada y lo puso en conocimiento de las autoridades. En total, se hizo de manera fraudulenta con 4.590 euros, lo que, según el fallo dictado por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Burgos, supone la comisión de un delito de estafa contemplado en el artículo 248 del Código Penal. Es por eso que le condena a una pena de un año de prisión, al pago de las costas procesales a indemnizar a su pareja con el total del dinero sustraído, al que se deberá añadir los intereses correspondientes. Al ser una sentencia de conformidad es firme y no cabe recurso.