Ciruelos de Cervera se convierte en un gran circo cuando llega el Festival Rural Internacional de Circo (FRICCC). Alrededor de su polideportivo desaparece el parque y todo se vuelve un escenario para la exposición de los artistas y el aprendizaje de los más pequeños. Porque el oficio del espectáculo también se enseña y prueba de ello son todos los jóvenes que se han acercado durante estos tres días a la localidad burgalesa.
Desde el viernes y hasta ayer este evento ha estado desafiando al tiempo y programando todo tipo de actividades para todos los públicos. Ayer el viento se alió con el gris plúmbeo de las nubes y dejó una oportunidad perfecta para que la magia circense pudiese brillar. Desde la música folclórica hasta los cabarés de circo tuvieron un importante protagonismo a la hora de entretener y sacar sonrisas.
Sonrisas llegadas desde diferentes puntos del mapa. «Hemos venido a pasar el finde y nos hemos encontrado con un ambiente muy familiar y de gran compañerismo», comentaban Jorge y Alejandra, que llegaban de Madrid. «Es la primera vez que estamos aquí, pero no la última, podemos hablar con personas que hacen lo mismo que nosotros y hay shows de mucha calidad», añadían mientras paraban sus ejercicios de malabarismo.
Varias personas realizan malabares dentro del recinto en el que se podían encontrar distintos actos y talleres para fomentar las artes circenses. - Foto: Luis López AraicoLa mayoría de los foráneos se instalaron en caravanas o tiendas de campaña y ahí han pasado los tres días, al calor de un escenario que desprendía vivacidad. «Se nota mucha alegría en todo el mundo, lo pasamos casi mejor que en las fiestas del pueblo. Es algo que involucra además a muchos vecinos», declaraba Puy. Luis y Patxi, habituales en el pueblo, coincidían en que «nos parece una iniciativa fenomenal para un municipio pequeño. Este es un fin de semana que normalmente habría no mucho más de 25 personas» (...).
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