Los ambiciosos planes de rearme europeos, sostenidos con una inversión de más de 800.000 millones de euros anunciada por Bruselas hasta el año 2030, han despertado el interés de la industria burgalesa y de las empresas de servicios en general, que aspiran a beneficiarse y diversificarse apostando por un sector, el de Defensa, al que han dado la espalda durante mucho tiempo por la penalización social que suponía 'trabajar' para la guerra.
Ahora, las estrategias están cambiado y en un futuro inmediato lo harán más, Europa quiere prepararse paraun escenario de creciente tensión internacional (y sin Estados Unidos como aliado preferente) apostando por la industria europea, y eso implica la adaptación de algunos procesos industriales civiles a los requerimientos de los militares.
España posee un mercado de la Defensa con en torno a 300 empresas 'militares', algunas de ellas -muy pocas- líderes a nivel internacional, pero está lejos de los miles que operan en Francia y en otros socios europeos de referencia.
En Burgos solo hay una compañía que se dedique en exclusiva a la fabricación de armamento, la factoría de municiones de Rheinmetall Expal Munitions del páramo de Masa, que ha cobrado tal dimensión en los últimos años y tras la invasión de Ucrania que ha colocado a la provincia entre las líderes exportadoras nacionales en la industria de las bombas y las granadas.
Pero, además, hay mucha actividad industrial auxiliar con posibilidades de participar en los grandes programas en los que se quiere rearmar a la Unión, bien de manera directa o como proveedores de servicios o componentes para industrias armamentísticas principales.
Esta capacidad de adaptación a las necesidades del momento está muy presente en la patronal FAE, que prepara un encuentro con las autoridades de Defensa para conocer de primera mano por dónde van las exigencias de estos ambiciosos planes y qué es lo que piden a las industrias españolas para incorporarlos a los mismos.
El presidente de FAE, Miguel Ángel Benavente, recuerda que los encuentros con los militares no son nuevos en Burgos, pues se desarrollaron para intentar incorporar especialistas del Ejército al ámbito civil, pero sí lo es el momento actual. «Tenemos que tener muy en cuenta que las Fuerzas Armadas demandan y consumen muchos productos y estamos viendo que van a tener más presupuesto y tienen previsto realizar más inversiones para equipararse a sus socios europeos, con lo que necesitarán ampliar su panel de proveedores».
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