«Es imposible vencer a la IA en un juego con reglas»

G. ARCE / Burgos
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Chema Alonso, máximo responsable de Tecnología en Telefónica, anima a las empresas de Burgos a que aprovechen los fondos europeos para invertir en avances como la Inteligencia Artificial (IA)

Chema Alonso explicó los orígenes, el desarrollo y las posibilidades de la Inteligencia Artificial de una manera amena a un auditorio lleno de empresarios y de representantes de la vida burgalesa. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

«Nadie tiene que venir a decir a una empresa tecnológica dónde quiere innovar; cualquier sitio está bien para invertir...». Este es el sencillo mensaje/advertencia que lanzó ayer a los empresarios burgaleses Chema Alonso, el icónico Chef Digital Officer (CDO) de Telefónica, popular por su gorro a rayas azul, su larga melena, sus vaqueros y deportivas y su familiaridad y cercanía a la hora de explicar un campo tan complejo e inquietante como el de la Inteligencia Artificial (IA) y todo su universo de desarrollos presentes y futuros.

Su ponencia arrancó con un «¡hola, hackers!», toda una declaración de intenciones, y fue un ameno repaso desde los orígenes de la IA, en 1950, hasta alcanzar y superar la paridad humana, es decir, cuando los algoritmos lograron imitar y mejorar las capacidades cognitivas del hombre. «Hoy es el día en que verás la peor IA que verás el resto de tu vida», advirtió. De hecho, los humanos digitales ya son realidad y pronto serán muy populares.

Estamos ante una carrera apasionante por ser mejor que el ser humano, cargada de cosas buenas y también de muchas malas. El trabajo de Chema Alonso en Telefónica, explicó, se asemeja cada vez más al de un blade runner, al de los policías encargados de localizar y destruir a los replicantes (robots) de la icónica película de Ridley Scott. Buscan en tiempo real los fraudes y fakes que asolan el universo creado por la IA y que han supuesto un grave problema en la sociedad contemporánea. Hoy se cuestiona la clonación fraudulenta (y casi perfecta) de las identidades personales y corporativas, de las cuentas bancarias, de la imagen personal, de la voz, de los gestos, de la realidad que nos rodea... 

Pero la IA es también una oportunidad. Preguntado por el crecimiento empresarial que puede tener Burgos en esta frenética carrera por crear los humanos digitales y todo lo que conlleva como nueva revolución industrial y social, el ponente de la Mesa de Actualidad Empresarial de Cajaviva y Fundación Caja Rural dio ayer una de cal y otra de arena.

De entrada, ni Madrid ni Barcelona, los principales generadores tecnológicos de España, están siendo capaces de crear grandes 'unicornios' (empresas digitales valoradas en más de mil millones de dólares), Europa tampoco. Y si los han creado alguna vez se van a otros países más adelantados y atractivos en estos campos, principalmente a los Estados Unidos.

Frente a las expectativas que pudiera crear el futuro Parque Tecnológico entre los presentes a esta entretenida ponencia, el reputado especialista en seguridad informática insistió en que cualquier emplazamiento físico para una empresa es bueno en el universo digital, como demuestran experiencias de éxito que ha conocido en Málaga, en Extremadura, en Móstoles (donde comenzó su brillante carrera) y ¿en Burgos?

«En tecnología todo depende más de las personas, de los emprendedores que se lo crean, que de los lugares, aunque los lugares pueden ayudar mucho», detalló, en referencia a ecosistemas empresariales, donde puede haber más clientes y más inversión, algo que en Burgos puede ser viable por su potencial industrial y por su interés por dar el salto y no perder la carrera hacia la digitalización.

Al hilo de esta reflexión, Chema Alonso recordó a los presentes que España es el país europeo que menos está utilizando los fondos de Bruselas para digitalizar y ciberproteger sus empresas y que hay grandes cantidades de dinero público al alcance de las pymes que les pueden impulsar hacia una gran transformación. «Queda mucho peor que tengas oportunidades y que no quieras invertir pudiéndolo hacer...».

«Yo me inclino por no dividir el mercado, que las inversiones en tecnología se focalicen en las mismas empresas y se coordinen». A este respecto, cree conveniente que no solo se invierta en capital semilla, en las pequeñas startup de emprendedores, sino en empresas que ya superen el millón de euros, que son las que están necesitando más la ayuda pública. «Desarrollar un ecosistema con mil startups para que te salga un 'unicornio' es peor; lo mejor es tener 20 o 30 medias empresas, las de series B, y que te salga un 'unicornio'».

Su razonamiento obedece a una sencilla razón: «El 90% de las empresas tecnológicas que triunfan en España se van de España, a Estados Unidos, principalmente».

Este doctor en Seguridad Informática por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid e ingeniero informático por la Universidad Autónoma de Madrid, también tuvo un mensaje para las universidades locales: «Al valorar a los equipos directivos de una empresa en la que vamos a invertir, notamos que la disciplina que este país no genera en ninguna de sus universidades es la de vender. En España ser un vendedor está mal visto cuando es lo más importante. Tenemos ingenieros y arquitectos fantásticos, pero nos faltan ejecutivos que sepan vender».