Cuando a primeros de año Ana Maes lanzaba su primera maqueta con cuatro canciones, la letra de Tanta vita volaba como la mejor declaración de intenciones de esta artista zamorana afincada en Burgos. Algún día seré todo lo que quiero ser, algún día tendré todo lo que quiero tener. Aún queda camino para conseguir su sueño, apenas ha empezado a escribir su propia historia, pero completa capítulos a un ritmo inesperado. Su agenda se colorea de conciertos, su colaboración con otros colegas va in crescendo, el boca a oreja atrae cada vez a más público a sus espectáculos, levanta sus primeros premios, suma repertorio, acaba de publicar su primer videoclip y está en plena cuenta atrás para el lanzamiento de su segundo EP. Ana Maes Vol. 2, que continúa el Vol. 1, estará en Spotify desde el lunes.
Aprecia estos cuatro temas como más intimistas y recogidos frente a los cuatro primeros, más desenfadados, vacilones y divertidos. «Esta línea es más introspectiva. Me pongo a contar cosas con más mensaje». Ambos juntos suenan como un autorretrato. «Yo siempre hablo de lo mío, escribo a la vez que vivo. Cuando canto siempre dejo una parte de mí». Dibujan a una artista que se quiere comer el mundo, que es consciente de la sociedad en la que vive y las luchas que como mujer aún debe librar, que no se achanta ante nada ni nadie, que se muere por cantar y que bebe los vientos por la música.
Qué hay de malo en presumir de mí, si estoy luchando cada día por salir de aquí, para tirar los muros y empezar a construir..., canta en Vidas paralelas, la primera pista de este nuevo trabajo. «Me representa mucho esta canción. Habla de todas las veces en las que tienes que adecuarte a los entornos y, al final, parece que vives varias vidas», destaca y advierte del cambio de chic continuo por tener que tocar varias teclas para vivir. «No se puede estar en modo artista todo el tiempo. Y hace que todo sea muy angustioso».
Esa rebelión contra lo establecido, esas ganas de volar, se reflejan en Who's next?, el tema que cierra el EP y el de su primer videoclip, realizado por Ugolino & Sons. Vuelca su experiencia en un mundo de hombres como es el rap, donde el técnico, el montador del escenario y hasta el cartel de artistas se escribe en masculino, y la necesidad de trazar un camino donde no lo hay. «Es un llamamiento a que las mujeres tenemos que estar más presentes en todo. Podemos hacer lo que queramos y estar donde queramos», enfatiza encantada de compartir sus espectáculos con Laura Shadowplay.
Colaborar con otros colegas es uno de los pasos adelante en este álbum, la mitad grabado en Midnight Records. Lo hace con su amigo Doggen Zeenji en Drippin, la segunda pista, traducido como chuleando en la jerga hiphopera. Y al hip hop más bailongo se agarra esta creación, que en sus bases se mira en la británica de origen jamaicano Stefflon Don y la española Deva.
Pero su favorita es Several thoughts. Salió sola. Escribía y todo encajaba. Confiesa que le cuesta mucho enfadarse y que esta canción, «más agresiva», le sirve para canalizarlo. «Habla de la perseverancia, aunque nadie crea en ti más que tú y sin importar lo convulso que sea el entorno».
Ese tesón la llevó a ganar el LIF La 8, un cheque directo al Festival Tribu, donde tocará el 17 de septiembre, y a tener una apretada agenda insospechada hace unos meses. El 16 de septiembre abrirá el concierto de Víctor Rutty, Rober del Pyro y dj Kaef en Frías. Antes, el 25 de agosto, toca en su Zamora natal. Y dará la bienvenida al otoño con la gira rural festivalera de Memocracia: el 24 de septiembre en el Jingafest y el 1 de octubre en el fin de fiesta en Siesta Brewing. Co. «Mola pensar de una manera colectiva», subraya feliz de todo lo bueno que va encontrando en este camino que sigue construyendo.