Algunos usuarios del autobús urbano se han visto sorprendidos en las últimas semanas por la presencia de controladores en el interior pidiendo las tarjetas o el billete para comprobar que se ha pagado el viaje y evitar posibles fraudes. Por el momento, no están multando si detectan un uso indebido pero su sola presencia sirve para disuadir a los defraudadores y da tranquilidad a los conductores.

La figura del controlador no es nueva, dado que se implantó en el mandato pasado en la plantilla del Servicio de Movilidad y Transportes, pero sus cometidos eran estar en determinadas paradas a horas en las que hay una afluencia masiva de viajeros (entradas y salidas de colegios o institutos) o avisar a los vehículos de refuerzo cuando se llenaban los autobuses pero ahora se les ha pedido que se centren más en la función originaria de su puesto. «El control lo ha estado haciendo el personal de conducción pero ahora se quiere que sean los controladores los que se ocupen de este cometido», indicaron fuentes del comité de empresa.

Los representantes de los trabajadores apuntan que su trabajo se ha dejado ver a raíz de que se advirtiera por parte de los conductores de actitudes fraudulentas en usuarios que pasaban tarjetas bonificadas de jubilados o jóvenes sin serlo. «Puede sorprender su presencia pero debería ser normal para evitar los fraudes, que no son muchos pero les hay. Otro cometido es informativo a la hora de hablar con los padres y madres para que saquen la tarjeta a sus hijos menores de 13 años que viajan gratis», añadieron.

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