Tras las reiteradas negativas de la Junta a la histórica reivindicación de crear una Facultad de Medicina, la Universidad de Burgos ha recibido un nuevo mazazo en sus aspiraciones de ampliar la oferta académica del campus. La Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Castilla y León (Acsucyl), órgano con personalidad jurídica adscrito a la Consejería de Educación, acaba de rechazar la implantación del grado de Matemática Aplicada y Computación, preautorizado hace casi un año por el departamento que dirige Rocío Lucas con la previsión de ponerlo en marcha el próximo curso académico.
Acsucyl sustenta el informe desfavorable de la memoria de verificación del título remitida por la academia burgalesa en cuestiones relacionadas con la plantilla docente, según ha podido saber este periódico. Concretamente, considera que esta resulta insuficiente para asumir las clases de dicha carrera, frente a la justificación que esgrime la UBU en dicho documento, en el que destaca la «elevada disponibilidad» del personal actualmente en activo y la necesidad de incorporar 18 profesores de un total 39 previstos en todo el grado.
La institución académica local incumple así solo uno de los ocho criterios que recomienda la Agencia en su última guía a la hora de evaluar las memorias de verificación, entre los que también se incluyen la planificación de las enseñanzas, los recursos para el aprendizaje (materiales o infraestructuras), el plan de estudios, los resultados del proceso de formación o el calendario de implementación. Al respecto, el rector, Manuel Pérez Mateos, muestra su sorpresa, pero también su «tremenda decepción» al no compartir dicho informe negativo y que este se base en cuestiones sobre el personal por cuanto -subraya- que su contratación depende de la financiación de la Junta.
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