El comercio de proximidad ya no es el que era. Hace unos años todos los barrios contaban con negocios de toda índole en los bajos de los bloques de viviendas, pero hoy en día no hay más que darse un paseo por barriadas tradiciones o zonas en plena expansión para darse cuenta de que están vacíos o lucen un cartel de 'se vende' o 'se alquila'.

El cambio de hábitos de los consumidores que se inclinan por las grandes superficies con mayor abanico horario o facilidad de aparcamiento o la compra por internet han hecho que estos locales pierdan interés. De hecho, nadie llama para interesarse por ellos y sus dueños han decidido buscar su rentabilidad con un cambio de uso. Primero fue el boom de los trasteros, que todavía persiste, luego el de los merenderos urbanos, ya con un mercado saturado, y más tarde el de vivienda, que se está consolidado por la gran demanda que existe.

Las primeras peticiones llegaron al área de Licencias del Ayuntamiento de Burgos en 2019 con un total de 8. Sin embargo, han ido aumentando con el paso de los años. En 2020 alcanzaron las 44 y en 2021 superaron las 30. La situación lejos de revertirse sigue creciendo, de modo que en 2022 se han construido 23 viviendas en locales mientras que en 2023 ascendieron a 39. En lo que va de año ya se han construido 6, según los datos facilitados por la Concejalía de Licencias. De este modo, ya serían cerca de 150 los locales que han pasado a tener uso residencial.

Bajos de Marqués de Berlanga (G-3) transformados en viviendas. - Foto: Alberto Rodrigo

Los nuevos alojamientos están repartidos por todos los barrios. Por ejemplo, en la zona sur (Santa Dorotea, Legión Española, Hermano Rafael, Las Casillas, Barrio Gimeno), en el centro (Reyes Católicos, avenida del Cid, Diego Ruiz de San Vitores, Antonio Machado, avenida de Cantabria, Padre Flórez, Abad Maluenda), Gamonal (calle Vitoria, Antonio García Martín, Averroes, Luis Cernuda), en el G-3 (Marqués de Berlanga), o la zona de Fuentecillas (Las Rebolledas).

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