Las alarmas han vuelto a saltar en Villatoro. Los problemas con las aguas subterráneas han aflorado en otra zona del barrio y han provocado hundimientos en las aceras e inundaciones en los garajes de las casas. En esta ocasión han afectado a las calles Las Eras y Barrezuelo y han ido erosionado el terreno deteriorando las infraestructuras. También ha emanado agua en el Camino Blanco.
Los problemas son similares a los detectados hace dos décadas y que todavía persisten en las calles Mayor, La Ermita, Rodo o Parral, donde las casas se han llenado de grietas e incluso alguna de ella tuvo que ser derribada tras erosionarse el terreno en el que fueron construidas. El presidente de la Asociación de Vecinos de Villatoro, Javier Rodríguez, asegura que pondrá este hecho en conocimiento de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD). «Esta situación es insostenible. El barrio urge una solución. Hay mucha preocupación, dado que la acción de las aguas subterráneas está llegando a otras zonas del barrio», apuntó.
Desde la Asociación Vecinal lamentan el retraso en la puesta en marcha de la solución que pasa por el encauzamiento del arroyo y desvío del agua fuera del núcleo urbano. Han sido muchos los años de espera y el problema lejos de remitir se extiende a otras calles del barrio. El Ayuntamiento adjudicó hace meses los trabajos a Herrero Temiño por 700.000 euros, que ya ha realizado algunos sondeos y estudios de avenidas del arroyo, pero la CHD paralizó el permiso y no ha sido hasta ahora cuando ha dado el visto bueno. Sin embargo, las obras se han pospuesto hasta agosto debido a que no daba tiempo a concluirlas antes del 31 de marzo al tenerse que hacer en épocas del año en las que el arroyo lleva poco caudal. La CHD limita el kilómetro de encauzamiento del arroyo que estaba previsto en el proyecto a 500 metros. Sí permite realizar los pozos proyectados y otras actuaciones complementarias. También ha reclamado al Ayuntamiento la obligatoriedad de hacer sondeos e informes técnicos cada año para comprobar el comportamiento de las aguas subterráneas.
El origen del problema es que las aguas subterráneas no están canalizadas en superficie y su caudal discurre entre los cimientos de las edificaciones. Los van erosionando poco a poco y producen inundaciones en los sótanos y grietas en las casas. La construcción de los túneles de la BU-30 o los constantes bombeos de los garajes también han podido influir. Los vecinos están valoran llevar el problema por la vía judicial, dado que el número de afectados por las grietas en las edificaciones puede ir en aumento.