En su casa no cabían más clicks, los muñecos de Playmobil sin codos ni rodillas. Desde niño Luis colecciona, juega y es un auténtico friki de estos personajes tan populares, de los que poseerá unas 1.500 figuras sin contar animales ni otros objetos. Lo dice su mujer, Eva, que no solo asume lo que tiene en casa, sino que se ha contagiado de esta afición hasta tal punto que entre los dos se han dedicado a narrar los episodios de la Pasión cristiana con estos muñecos y exponen el resultado en la iglesia de las Salesas.
«Tenemos que tunearlos porque Playmobil no vende nada relacionado con Semana Santa. Así que toca ingeniárselas para algunas cosas, buscar otras de segunda mano y pedir ayuda a un amigo que comparte afición para aquellas más complicadas», explica Eva, que reside en Barcelona junto a su marido. «No se trata de poner muñecos porque sí, sino de buscar que vayan acordes a lo que se cuenta», detalla. Y pone como ejemplo la vestimenta de muchos de ellos:«Como en aquella época llevaban túnica, a veces utilizamos las piernas de las mujeres con la parte superior de los hombres para que puedan llevar faldón. O bien les vestimos con la capa esa que va por encima», repasa.
La crónica que va desde la entrada de Jesús en Jerusalén hasta Pentecostés ocupa doce metros dentro de seis vitrinas. Muñecos serán unos trescientos, pero luego está lo que ambienta las escenas, desde pequeños detalles como la cara de Jesús en el pañuelo de Verónica o los palos de las cruces, a las murallas, edificios y viviendas, los «efectos especiales» de la ascensión a los cielos o el sepulcro, que está hecho in situ. «Una vez que lo desmontemos ya no sirve. Si lo queremos hacer para el año que viene habrá que inventarse otro».
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La pareja mantendrá esta exposición en el interior de la iglesia de la calle Barrantes hasta el día 19. No son, de todos modos, nuevos en Burgos con esta disciplina. Aunque es la primera que montan sobre Semana Santa, llevan tres Navidades creando un Belén con estos muñecos. «Todo empezó porque los montábamos en casa y ya no nos cabía ni sabíamos qué hacer con ellas. Tirarlas, imposible y darlas te duele. Como teníamos buena relación con las hermanas de Burgos se lo comentamos y lo hicimos. Se puede visitar de lunes a jueves de 10:30 a 12:30 y de 18:30 a 19:30 h., y los viernes, sábados y domingos de 10:30 a 12:30 y de 17:30 a 21 h.