La Consejería de Movilidad y Transformación Digital ha encargado a Castellana de Ingeniería  por 43.188 euros la redacción del proyecto de construcción del ramal que conectará las carreteras de Santander (N-623) y Villarcayo (CL-629), una obra que llegó a estar adjudicada en 2011 y que no se comenzó, por lo que ahora se hace necesario actualizar toda la documentación y tramitar una nueva declaración de impacto ambiental.

La nueva infraestructura cruzará del kilómetro 10 de la CL-629 al 21,4 de la N-623 (pasado el túnel de San Martín de Ubierna). Serán 4 kilómetros de carretera que permitirán salvar el desfiladero de Peñahorada y evitará que los camiones con destino al vertedero de Abajas crucen varios pueblos de la Merindad de Río Ubierna. Además, acortará el tiempo de viaje a quienes circulen desde las Merindades. 

Por lo que se refiere al proyecto, no estará listo al menos hasta el primer trimestre de 2025. La Junta de Castilla y León licitó el contrato a finales de 2023, pero acaba de adjudicarlo, el 2 de mayo, con 15 días para formalizar el contrato y un plazo de 9 meses para su redacción, por lo que da plazo a la ingeniería hasta al menos febrero. 

La resolución de la Mesa de Contratación ha tardado en llegar porque al concurso se presentaron 7 empresas y una fue excluida al considerar la oferta anormalmente baja y no justificar suficientemente los motivos. EIC Estudio de Ingeniería Civil planteaba una rebaja del 23% del presupuesto base de licitación, que eran 55.726,55 euros y la barrera se quedó en el 22,983%. La siguiente plica mejor puntuada era la de Castellana de Ingeniería (Castinsa), que ofertó un 22,5% menos, por lo que esquivó la baja temeraria, y obtuvo 100 puntos en la valoración, con mejoras como la inclusión en el proyecto de un estudio de alternativas de soluciones constructivas para las estructuras del ramal (viabilidad, relación calidad-precio...).