La anunciada subida de la tasa de aguas no se podrá aplicar a partir del 1 de enero. El Ayuntamiento de Burgos, en este caso por cuestiones imputables a la Concejalía de Hacienda y no a la Sociedad municipal, no llega a tiempo para que la modificación de la ordenanza entre en vigor con el inicio de 2024. Esta situación, inesperada para el Gobierno de coalición del PP y Vox se traduce en que en este momento se desconoce en qué fecha comenzará a estar operativa el incremento de la tarifa.

Lo único cierto hasta ahora es que, pese a que la Junta General de Aguas aprobó el 20 de octubre la subida de la tasa, la modificación de la ordenanza no ha sido sometida aún a votación por el Pleno. Ni siquiera de manera inicial.

Esto quiere decir que aún falta que se incluya en el orden del día del próximo Pleno, publicar la modificación en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) y desde el día siguiente abrir un plazo de un mes para la presentación de alegaciones. Una vez resueltas habrá que convocar una nueva sesión del Pleno para la aprobación definitiva.

Pero esa no será la única consecuencia puesto que habrá que saber de qué manera afecta al modo en que Aguas gira los recibos, ya que realiza las lecturas trimestralmente. No parece que la solución pueda ser la de realizar estimaciones para, por ejemplo, aplicar un precio durante un mes y otro distinto para los dos siguientes. Sencillamente porque no se puede demostrar en qué momento se realizó el consumo.

No es esta la única novedad ya que ayer en la habitual rueda de prensa tras la Junta de Gobierno, en la que no se informó de esta circunstancia, el Ejecutivo municipal sí avanzó, sin dar mayores explicaciones, que en 2024 no entrarán en vigor las nuevas bonificaciones anunciadas para familias numerosas. Habrá que esperar hasta 2025 (...).

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