La era dorada de la gastronomía a orillas del Ebro

A.B. / Miranda de Ebro
-

El menú de Alejandro Serrano acumula una evolución «intensa» gracias a sus últimas vivencias. Alberto Molinero también asienta «nuevos conceptos» y trata de «mejorar la experiencia» en ERRE

Alejandro Serrano (izquierda) y Alberto Molinero.

Hace siglos que Miranda figura en los mapas, pero a muchos foráneos les costaba ubicarla. Hasta que lo hicieron por su selecta gastronomía. Primero con la estrella Michelin y el sol Repsol de Alejandro Serrano en 2021. Y, hace casi un año, con esos mismos logros de Alberto Molinero, que acabó de confirmar que la ciudad delEbro vive su era dorada culinaria. El cocinero de ERRE reconoce que los galardones tuvieron esa capacidad de atracción, pues «la primera fase tras la estrella fue como una hecatombe, hubo un cambio radical y todos los días estaba lleno», algo que le llenaba de «motivación» pero que suponía tanta carga que «no daba tiempo ni a asimilarlo ni a cambiar cosas que se querían mejorar». 

Esa etapa le suena lejana a Serrano, quien ha tenido tiempo para reposar los premios y cree que su labor ha vivido una «evolución intensa, gracias a personas, viajes y a la evolución personal». Según dice, juntando «esos tres elementos» ha logrado «una cocina bastante única», en la que expresa «experiencias bonitas». Con ello ha añadido un ingrediente propio, íntimo, pero además lo ha fusionado con el aire internacional que dio a su menú cuando pasó del Mar de Castilla al Bosque Marino, en el que «todo es más rebuscado y solo se puede comer aquí». Y los comensales son conscientes porque, según dice, «al principio era más arraigado a la tierra, entonces sorprendía menos» pero ahora «la mayoría» opina «que es diferente a lo que han probado, y es por esa conexión entre lo universal y lo personal».

Ahora bien, Molinero también ha entrado en esa etapa reposada en la que avanzar, crear, experimentar... Y disfrutar. Así lo dice él mismo, pues opina que «ha tenido que pasar tiempo» para saborear «la estrella y poder asentar nuevos conceptos, quizá no en busca de la segunda, sino para mejorar la experiencia» en su local. El chef remarca que está esforzándose por potenciar la esencia del proyecto y «reforzar el mensaje», sobre el que apunta que desea plasmar «ese cruce de caminos, porque Miranda no tiene esa gastronomía tan propia pero está en un nudo potente con La Rioja, el País Vasco y Castilla y León, entonces, esa es nuestra despensa y ese es nuestro mensaje, además del refuerzo del producto de temporada, que es el referente».

Cada paso se va plasmando en su menú, dado que ERRE está «bastante mejor ahora que cuando recibió la estrella Michelin». Eso sí, la positiva evolución no le quita «el gusanillo del estómago» ahora que se aproxima una nueva gala de los premios. Según dice, lo encara como «un examen» en el que quiere sacar, de nuevo, una nota espléndida que le permita «mantener» el galardón. Serrano también ha trabajado para ello e incluso tiene la «mentalidad» de ir a por «una segunda estrella». Aunque asume que esperará a 2025 porque este año se ha centrado más en «absorber estímulos de fuera» y en encarar otras iniciativas, como sus colaboraciones con marcas de la talla de Loewe o Paco Rabanne y la inauguración de su nuevo restaurante, Álex.

Precisamente, el joven cocinero describe que este segundo local es «más informal» y pretende llegar «a todos los públicos», además de convertirse en un referente donde unir «música, gastronomía y cultura». Por tanto, se diferencia de su buque insignia, aunque mantenga «la misma dirección creativa». Pero los nuevos retos no son solo cosa de este artista culinario, sino que el otro gran chef local también explora nuevos horizontes. Molinero explica que la visibilidad de los premios le ha permitido hasta crear «una marca con ERRE para el tema de eventos multitudinarios, para cubrir expectativas de cierto tipo de cliente que busca esa gastronomía de alto nivel».