El Grupo de Antropología Dental, del que forma parte José María Bermúdez de Castro, pierde a una de sus mejores bazas en el Cenieh. La investigadora María Martinón-Torres, miembro del Equipo de Atapuerca desde 1998, abandona el Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana para incorporarse a la prestigiosa University College de Londres.
Su marcha, sin embargo, es vista por su equipo como una oportunidad para ella, por supuesto, pero también para el proyecto vinculado a la ‘Cuna del Homo Antecessor’ del que forma parte. María Martinón-Torres, que lleva cerca de dos décadas colaborando con los yacimientos burgaleses, seguirá participando en las campañas de excavación y mantendrá sus compromisos con las direcciones de tesis: «Es una oportunidad para abrir horizontes porque estamos hablando de una de las mejores universidades de Europa. Estamos en un mundo muy pequeño y la Ciencia es universal. Una vez hecho el grupo español, el siguiente paso era internacional el proyecto y éste es uno de los caminos. Con su marcha, aunque la perdamos, gana el proyecto. Atapuerca tendrá que tener cada vez más investigadores europeos», sostiene Bermúdez de Castro, que trabaja con Martinón desde hace diecisiete años: «Le he dirigido la tesis, hemos compartido proyecto y ahora ella llevaba la responsabilidad».
El Grupo de Investigación de Antropología Dental, dedicado al estudio de los restos que más información genética conservan, seguirá trabajando desde Burgos con el resto de investigadores: «Se acaba el equipo más personal que formaba con Martinón, pero a mí me toca continuar con el resto porque tenemos varios becarios a los que aún les quedan unos tres años. Lo que no sé si tiene sentido es que forme un nuevo equipo. Todo tiene un principio y un fin y si me quedo es por el equipo actual», añade el codirector de Atapuerca.
Sin embargo, la marcha de María Martinón-Torres no solo afecta al Grupo de Antropología Dental, sino a todo el Cenieh. La salida de la que muchos vaticinaban como la próxima directora supone un nuevo varapalo para un centro en continua crisis interna. A la paulatina fuga de investigadores hay que añadir los últimos desencuentros entre científicos y dirección, las sentencias judiciales que han dejado nulas determinados despidos y la guerra abierta por los fósiles de Atapuerca.
Este periódico se puso en contacto con la dirección del Cenieh para conocer su opinión, sin éxito, sobre este tema, ya que no es la primera investigadora que abandona las instalaciones, lo que ha obligado a renovar la plantilla constantemente.