Hasta como estafador hay que ser un profesional y Von Lustig, que se hizo pasar por conde para acceder a la alta sociedad y cometer sus timos entre la gente que tenía dinero, fue todo un experto en estas lides. Su pericia le llevó a vender la torre Eiffel ¡dos veces! y engañar incluso a Al Capone, pero con tal arte que, cuando ambos coincidieron en la cárcel, el mafioso se convirtió en su protector.
A esta biografía de película dedica una obra de teatro la compañía Los Absurdos, que el viernes abre en el Teatro Principal el ciclo Las Noches del Clunia, el mismo que por los problemas con la caldera que sufrió el centro Francisco Salinas se muda este año al edificio isabelino. «Por un lado queremos hablar de cómo el mundo de la apariencia ha sustituido a cualquier otro mundo. El 'parecer ser' ha sustituido groseramente al 'ser'. Y este tipo, Von Lustig, hizo de eso un arte. Se dio cuenta de que lo que había que hacer para poder timar a los grandes señores de la época era convertirse en uno de ellos. Decir que era conde le valía para que nadie dudara de él», explica Alfonso Mendiguchía, el actor que encarna al estafador y también el autor de la obra Von Lustig, el hombre que vendió la torre Eiffel.
Tanto él como Patricia Estremera, la otra mitad del elenco, recuerdan que la idea del proyecto se les ocurrió tras la pandemia, cuando se destapó el primer escándalo por las mascarillas en el que está presuntamente implicado el hijo del duque de Feria(el juicio se celebrará en febrero). «Todo aquello daba para pensar, porque no es lo mismo que llame yo a un ayuntamiento a que llame alguien con un título nobiliario, por ejemplo», añade.
Ypor otro lado quieren contar la «apasionante historia de este tipo que se convirtió en un experto, en un artista del arte del engaño». Un hecho que a la compañía le llevó también a preguntarse no solo cómo alguien es capaz de vender la torre Eiffel, sino quién accede a comprar un monumento como ese.
Para llegar a ese punto, al famoso timo, el montaje teatral hace un recorrido por su historia vital. Y dado que decíamos que su biografía es de película, la compañía utiliza un ritmo cinematográfico que combina con una puesta en escena absolutamente teatral: «Montamos un teatro con la estética de los años 20. Lo construimos como metáfora de lo que fue su vida, porque realizaba los timos de forma muy teatral», sostiene Patricia Estremera, que interpreta a catorce personajes, de los que nueve son hombres.
Von Lustig, el hombre que vendió la torre Eiffel lleva dos años y medio en escena y ha merecido varias distinciones: Amigos del Teatro de Valladolid (Mejor Actriz), Garnacha al Espectáculo y Dirección y Premio Festival Nacional de Teatro Vegas Bajas por el trabajo de Patricia Estremera. Y que conste que pese al tema de la obra y el nombre de la compañía, no hacen teatro del absurdo. Su apelativo se debe «a la cantidad de cosas que asumimos como normales siendo absolutamente absurdas desde el punto de vista del sentido común». (A las 21 horas, 10 euros).