Pero vamos a ver ¿cómo pretende nuestro Presidente, el señor Sánchez, y su ministro de Exteriores, el señor Albares, que España juegue ningún papel en Oriente Medio, después de que el primero haya descalificado a Israel alineándose del lado palestino sin ningún matiz ni condena rotunda a Hamás?
Así no es de extrañar que Israel haya decidido no asistir en Barcelona al Foro Regional Mediterráneo. Y es que el personal no suele ir a casa de nadie que le ha insultado y la visita de Sánchez a Israel fue un poema de los malos. Nuestro Presidente pretendía con su gesto torcido que quedara claro que estaba allí a disgusto y que Netanyahu le cae fatal. Toda su puesta en escena resultó impostada. Además, Sánchez y Netanyahu son tal para cual.
El problema de Pedro Sánchez es que gobierna como si fuera de Podemos. Y así ahora milita en el antisemitismo de pancarta.
Pero a lo que vamos, la ausencia de Israel del Foro de Barcelona hace que este haya quedado como poco más que un brindis al sol. No se puede mediar entre dos partes si de entrada te colocas enfrente sin remisión de una de ellas.
No haber condenado rotundamente a Hamás y mostrar su animadversión (un poco exagerada, impostada vamos) al Jefe de Gobierno de Israel, es el camino más corto para no poder jugar ningún papel entre las dos comunidades enfrentadas.
Vaya por delante que me parece muy acertada la resolución del Foro proponiendo que sea la Autoridad Palestina quien se haga cargo de Gaza. Porque evidentemente la Autoridad Palestina nada tiene que ver con Hamás, es más hasta ahora han sido enemigos acérrimos los unos de los otros y los otros de los unos.
Pero la cuestión de fondo no es otra que la comunidad internacional debe de dar los pasos precisos para lograr que las dos comunidades -israelíes y palestinos- encuentren la manera de vivir juntos, cada uno en su propia casa, en su propio Estado.
Pero mucho me temo que con la actitud de Sánchez agraviando más que a Netanyahu a un país entero, a Israel, el papel que pueda jugar España será nulo.
Para poder mediar entre dos partes no puedes insultar a una y luego pretender que te acepten como interlocutor.
Pedro Sánchez, él solito, ha logrado que nuestro país no tenga nada que hacer en la resolución del conflicto entre israelíes y palestinos. Así que la cumbre del Foro de Barcelona de poco ha servido. Las cosas como son. Los gestos anti israelitas de Sánchez en Israel no es que hayan sido un error, es que han sido una solemne estupidez.