El HUBU retoma el programa de prótesis aórticas

G.G.U. / Burgos
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Vuelve a acordar con el Clínico de Valladolid que haya un cirujano cardíaco en Burgos cuando Hemodinámica hace este cateterismo, indicado para pacientes sin opción de cirugía

En los últimos cuatro meses, la Unidad de Hemodinámica de Cardiología ha tenido que mandar fuera a pacientes por algo que se hace Burgos. - Foto: Patricia

Por tercera vez en los últimos dos años, Cardiología del HUBU ha podido retomar la implantación de prótesis de la válvula aórtica mediante cateterismo (más conocido como técnica TAVI, por las siglas en inglés), pero sin garantía de continuidad. En teoría, la dirección del HUBU y la del Clínico de Valladolid han acordado, de nuevo, que un cirujano cardíaco del complejo vallisoletano se desplace a la capital cuando los hemodinamistas burgaleses aplican la técnica, que está indicada para personas con una patología grave en la válvula y, a la vez, riesgo alto de no sobrevivir a una operación a corazón abierto para corregir este problema, que impide la correcta circulación de la sangre.

Pero una cosa es la teoría y otra la realidad, en la que este programa del HUBU que evita derivaciones sigue supeditado a la disponibilidad y/o voluntad de un servicio ajeno al hospital y, por tanto, Cardiología no tiene garantizada su continuidad. Y, así, se complica la programación de actividad y el manejo de la lista de espera.

La valvulopatía aórtica grave puede corregirse mediante una operación convencional (indicada para pacientes con «bajo riesgo quirúrgico» y que el HUBU no hace porque no tiene Cirugía Cardíaca en su cartera de servicios)  o mediante el cateterismo (que Burgos practica desde hace años y que, como ya se ha explicado, es la opción recomendada para quienes tienen riesgo de no sobrevivir a la cirugía).
En esta técnica se introduce un catéter a través de una arteria de la ingle para llevar hasta la válvula enferma una prótesis biológica, que asume la función que la orgánica no puede realizar por sí misma y se reestablece de nuevo la correcta circulación de la sangre. La Unidad de Hemodinámica del HUBU estimó que cada año hay en Burgos unas 50 personas susceptibles de este cateterismo, que se practica sin anestesia general y con resultados clínicos «similares» a los de la cirugía, pero con una recuperación más rápida. Y de ahí que se crea que esta técnica se va a generalizar.

Sin embargo, los hospitales que, como el HUBU, no tienen Cirugía Cardíaca, han de garantizar que hay en sus instalaciones un facultativo de esta especialidad mientras los cardiólogos hemodinamistas colocan las prótesis. Y eso a pesar de que el cirujano no interviene en el cateterismo y, lo más sorprendente, tampoco podría hacer nada en caso de que durante el procedimiento hubiera un problema, porque la condición clínica del paciente desaconseja la cirugía. Pero esta cuestión, administrativa, está impidiendo que el HUBU afiance el programa y provocando que, cuando los cirujanos dejan de venir -los últimos cuatro meses- haya que derivar a pacientes por algo que se puede y quiere hacer en Burgos.