Con la humildad que la caracteriza, Inés Praga se emocionó al descubrir la placa que dará para siempre su nombre a un aula de la Biblioteca Central de la Universidad de Burgos. «Esto solo lo había visto en las películas y en la televisión», aseguraba ante amigos, compañeros y autoridades que acudieron al homenaje que ayer le tributó la institución académica de la que formó parte durante 45 años. Cuando ya en el acto institucional recibió una placa conmemorativa solo acertaba a exclamar: «¡Qué preciosidad. Es demasiado... Estoy absolutamente sobrepasada. Infinita gratitud a la Universidad de Burgos».
Inés Praga acudió al homenaje de la que ha sido su segunda casa arropada por su hija Silvia, su hijo Jaime y su nieta Adriana pero, sobre todo, por antiguos compañeros docentes e infinidad de amigos que quisieron devolver así el cariño y la amistad que ella siempre les ha dado. La catedrática de Filología Inglesa aseguró que trabajar en la UBU fue un «acto de amor que cumplí con placer y orgullo». «No había tarea más hermosa en el mundo ni mejor lugar para desempeñarla», afirmó, al tiempo que aseguró que el aula y la biblioteca han sido fundamentales en su vida para apuntalar su vocación docente y su voracidad lectora.
Ante los asistentes afirmó que, además de cultivar un «currículum más o menos meritorio», siempre ha procurado cultivar la ética dentro y fuera del aula al ser consciente de que los profesores universitarios son un modelo para sus alumnos y un referente para la sociedad. «Valores como la dignidad, la integridad, la generosidad o la tolerancia con el otro deberían ser asignaturas obligatorias y deberían computar tanto o más que las publicaciones o los sexenios».
Agradeció el reconocimiento, máxime cuando siempre las aulas han llevado nombres de hombres. «Quiero que mi nombre represente a las mujeres que han hecho y siguen haciendo esta Universidad cualquiera que sea su puesto».
Praga reconoció que «ni la inteligencia artificial más avanzada podrá describir la pasión, la libertad y la alegría que han presidido mi trayectoria, aunque nunca faltaron los obstáculos», afirmó, al mismo tiempo que deseó «larga vida a la UBU».
Fue el profesor y amigo Ignacio Fernández de Mata el encargado de desgranar la trayectoria de Praga sirviéndose para ello de un paralelismo en el que Inés, convertida en 'Alicenes', recorría el País de las Maravillas en una historia de viaje y descubrimiento. Una intervención brillante que no solo emocionó a la homenajeada sino a todos los presentes y que concluyó con unas palabras en asturiano, dado que Praga nació en Sama de Langreo.
Grado de filología Inglesa. El rector, Manuel Pérez Mateos, anunció la implantación del grado de Filología Inglesa entre la Universidad de Burgos y la University of the Shannon de Irlanda.