Berta González y Alberto Aragón acuden a diario al hospital de San Juan de Dios desde hace un mes, cuando al marido y padre, respectivamente, lo derivaron desde el HUBUpara que se recuperara de las lesiones ocasionadas por un ictus. El paciente, con esfuerzo y rehabilitación, ha conseguido incorporarse, pero lo que es un éxito en el camino hacia la autonomía personal ha quedado enturbiado por el anuncio de cierre del centro privado. «A la preocupación que tiene él y que tenemos nosotros por su recuperación, ahora añadimos otra. No queríamos comentarle nada, pero, al final, los pacientes se enteran y vemos que tiene temor por lo que pueda pasar», lamentaban González y Aragón ayer, a las puertas del emblemático hospital privado de la Isla. Si no hay cambios, el día 31 cerrará. Y a ellos, pacientes de Sacyl y familiares, nadie les ha comunicado nada todavía.
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