Los conductores burgaleses tienen que rascarse el bolsillo bastante más que algunos de sus vecinos a la hora de pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). En algunos casos, la diferencia es tal que sale casi más rentable pegarse un viaje y hacer el trámite allí. El ejemplo más claro es La Rioja. Según los datos publicados por las propias estaciones, es hasta 13 euros más barato que en la provincia. Hay también diferencias con País Vasco o incluso Madrid, dos de las comunidades más caras.
Pero vayamos a la comparativa más directa. Las capitales de Burgos y La Rioja están separadas por apenas 114 kilómetros. Menos aún es la distancia con Nájera, municipio que también posee una estación inspectora. A los vehículos de gasolina, pasar por caja en cualquiera de los siete centros de la provincia les sale a 49,14 euros, diez más que en el territorio vecino. La diferencia es mucho mayor en el caso de los coches diésel, que suelen ser mayoría en los lineales. Los de esta combustión abonan 58,06 euros por los 45 de Logroño.
Pero no existen agravios comparativos solo con esta provincia. Los mirandeses con coches de carburante diésel también pueden ahorrarse algún dinero si apuestan por recorrer los 34 que les separa de Vitoria. En la estación de Júndiz el precio de la inspección está tres euros más barata. También sale más barato en remolques para vehículos agrícolas, por ejemplo.
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